/La ruleta de un nosotros/

1601 Words
Despierto en un lugar cómodo y acogedor, miro por la ventana y se notan los árboles. Pero algo más hermoso aún , está nevando. Miro y estoy sola en la cama y en la habitación, me meto debajo del cobertor y aspiro su aroma. No sabía que el aroma de alguien podía ser tan delicioso. Me sonrió al pensar en todo lo que pasó anoche y sobre todo en una cosa: ahora soy su mujer ante la ley y ante la vida. Me quito las sábanas y salgo hacia el baño, veo una bata negra, seguro es de él, la tomo para aspirar su olor. Me miro en el espejo, mi cabello despeinado y mi sonrisa me deja expuesta a entender que algo muy importante pasó. Dejo la bata y abro la ducha, no quiero quitarme su olor, pero una necesito duecha, el jabón recorrió cada lugar donde ya él recorrió, no pense que esto pasaría así con tanta naturalidad, con tanto ferbor, pero pasó, es fuerte y tierno, dulce y frío como si él mismo fuera alguien más. Salgo del agua, me seco y coloco crema hidratante que traje en mi mochila, tomo ropa interior ligera y un vestido que traje, aunque aquí hace frío, dentro de la casa está hermoso. Me miro al espejo, levanto mi pelo y allí lo veo , tengo como si fuera una quemadura como dos líneas las cuales son perfectas . Lo extraño es que no parece ser un arañazo ni mucho menos sino que las quemaduras de algo de metal. Me tocó y no me duele pero están sin cicatrizar. Tomo la puerta y la abro, quiero saber qué sigue. Al salir camino hacia el pasillo, tomo el picaporte de la puerta de la habitación y salgo, el aroma a café me invade; es delicioso, creo que no hay mejor aroma que el de café. Bajo la pequeña escalera y allí está su espalda al descubierto unos pantalones gises deportivos. Fue allí cuando me pregunté:¿Dónde estába todo este delicioso ser que antes no lo note? Noto que serie y se gira para verme, tiene una cuchara con dulce de leche en su boca y se la quita para hablarme. —Buenos dias...Diosa.—sin pensarlo me rio pero fue una carcajadas ya que esa faceta de duelce es muy chistosa. —No soy bueno siendo romántico pero tampoco para que te rías en mi cara.—me acerco a él y lo abrazo dejando mis manos alrededor de su cuello. —Es muy gracioso que me digas, diosa, ¿no es mucho?—él me deja un beso corto en los labios y me toma de la cintura para sentarme en la mesada, se coloca entre mis piernas . —Entonces te diré risitas porque sé que de ahora en adelante adoraré escucharte reír.—vuelvo a reír ya que una cosa es más graciosa que la otra. —Ya no sé qué decir de todo, te ríes.— Él pone cara seria, pero sé que está bromendo, lo beso, mis manos acarician su rostrs, noto sus ojos grandes y hermosos sin que diga nada él toca mi quemadura . —Justo sabes que desperté así, pero no duele, solo que no recuerdo cuándo pasó o cómo llegó esa marca allí.— Él desliza sus manos por mis piernas delicadamente, las aprieta y se asoma a la parte interna de mis muslos superiores. —Luego te lo explicaré pero ahora...—lo detengo . —Ahora quiero café.—lo beso y salgo de su agarre, debo tomar café. —Bueno, veo que con hambre no eres muy dulce, risitas.— Tomo un sorbo de mi café y le sirvo a él en su taza. —En eso tienes toda la razón ¿Te ayudo en el algo más? —No, ya está todo en la mesa cuando bajaste, justo iba por ti.—caminmos a la mesa nustro trato se hace abitual normal ya que cuando nos casamos pasamo varios dias juntos y solos en la casa acordamos ser amigos y alli todo estaba bien, aunque ahora seguro es difrente. Me siento para tomar una media luna, se ve súper rica, él me mira y toma su café. —¿Quieres que hablemos de lo que pasará de ahora en más?—como con tranquilidad y en mi mente solo respondo, No. —Si está bien, te escucho.—que más podría decir, no dire lo que vi ni todo lo que en algún momento pasó por mi cabeza, respeto a Noa, no dire que me siento una golfa por dormir con los dos. —En dos días iba a volver, ya resolví lo de ...—en ese mome nto la realidad me dio una bofetada. —¿Sabes que murió el hijo de Kativa, verdad?—sus ojos se abrieron, se suponía que Noa me dijo que él sabía. —No puede ser, él se recupere bien de donde ...—él se detuvo y me miró fijamente. —¿Qué te dijo Noa?—tomo mi café y le respondo. —Solo que tú ya sabías y que ...— —¿Cuándo fue eso? ¿Cuándo se supone que lo viste y fue tan larga la charla que te contó eso y que se supone yo sabía o sea que hablaron de mí? —Noto cómo la charla se tona algo seria y brusca. —¿Cada vez que lo nombre será un interrogante? Porque no es mi culpa que seas un inseguro...—sin decir nada, él se levanta de la mesa, arrastra la silla hacia el suelo y sube las escaleras . Sigo con mi desayuno, si es hora de pelear , para mí es mejor desayunar. Ya levanté todo y estoy lavando la loza. Muchas cosas debería decir, lo sé, pero fue él el que todo lo cambio, el que me engañó y luego lastimó, yo cometí mis errores claro que si, no soy una ilusa, pero aun así no puedo hacer normales esos ataques que él tiene. Pensativa sigo con lo que estoy haciendo. Sus manos me abrazan por detrás a la altura de mi cintura, siento cómo él apoya su frente en la parte trasera de mi cabeza y solo escucho. —Perdón—el dice por lo bajo. Sacudo mis manos con jabón y seco con una servilleta de tela, me giro, lo tengo frente a mí con el perdón más que en su boca, si no en sus ojos. —Creo que si debes decir algo es mejor que sea ahora, así cuando todo comienza porque ...—él me detiene su nariz y roza la mía en son de paz. —Podemos caminar, salimos por algo para almorzar y luego tomamos algo y hablaremos . —Acarició su rostro. —Está bien, iré por un abrigo.—le dejo un beso corto y subo por mi abrigo, tomo mi cartera, la coloco en el bolsillo del abrigo solo, espero no esté tan frío como parece, ya que no traje mucho abrigo, pensé que estaría agradable. Bajo las escaleras y él está en la puerta con una chaqueta de cuero y corderito por dentro, junto con una gorra de lana. Creo que sí hace más frío de lo que pensé, salgo y él abre la puerta de la camioneta. —Creo que tendrás frío, lo que haces para estar pegada a mí.—dice en forma de broma. Me subó y él prendió la calefacción. — No pensé que sería tan frío. —Si vienes a las montañas en esta epoca no creo que haga calor .—no pense que al estar tan cerca de la casa seria tanto el cambio. Él conduce y no digo nada, solo miro por la ventana y pienso porque él le gusta , aquí es muy traquilño, casi no hay gente, se ve hermoso. —Hace mucho, vines aqui?—el conduce —No hace muchos unos años no es una casa de pequeño ni nada de eso hace dos quisas 3 años que vengo aqui. —Solo?—él sonríe como si superara por dónde va mi pregunta. —Bueno, solo, solo no he estado pero aqui nadie a venido. —Soy la primera?—él toma mi mano y cuando va a decir algo ve el anillo. —Este no es el anillo que te di —fue allí donde, sin comprender cómo o qué responder, me di cuenta de que aún tenía el anillo que Noa me había regalado. —No es que ...—él espera que diga algo pero sé que lo que responda lo hará enojar. —No dirás nada tranquila, no te tiraré del auto ni nada de eso.— abrí mis ojos, jamás pensaría eso. —No creo que ...—sin poder contestar el entra aún aparcamiento de un súper. —Llegamos.—Frena el auto totalmente y se baja dejandome alli sin reponder y sin saber que reponder . Lo veo caminar y me bajo, voy tras él . Al entrar, un señor le levanta la mano en forma de salud . Se nota que aquí lo conocen. —En el fondo a la derecha está la sección de ropa, toma algo más abrigado, iré por la carne.—se aleja, no dice nada más, me quito rápido anillo , lo coloco en el bolsillo de la chaqueta, voy hacia donde está una chica para pedirle ropa de abrigo, ella muy amable me atiende y tomo algunas cosas, de verdad tengo frío.
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