Todo ocurre rápido. Me desplomó en el suelo y varios corren a auxiliarme. Pero es Ethan quien me toma en sus brazos y me lleva escaleras arriba para llevarme a mi habitación, lejos del ataúd donde está mi madre. — ¡Necesitamos una enfermera!— grita corriendo hacia mi habitación. Llegamos a la misma y entran la enfermera que pidió. — Se desplomó. Así que, la única salida es darle el sedante. — informa Ethan y mis enfermera asiente para después marcharse. Estoy consciente de todo pero no hablo o lloro. Simplemente estoy ahí, mirando a la nada sin hacer algo. Porque eso es lo mejor que sé hacer. La enfermera llega con una jeringa y yo niego. — No la necesito. Yo estoy bien. — digo levantándome del asiento y caminando rumbo a mi ducha. Ethan me toma del brazo. — No lo estás. Eso es m