Un largo suspiro salió de sus labios temblorosos en el instante que su mano tocó el agua helada en el baño. Las luces de las velas estaban apagadas para no llamar la atención de nadie. Quería terminar con su vida, detestaba con todas sus fuerzas a esa beta que lo único que deseaba era darle solamente un buen golpe que la matara, pero la omega era muy débil cuando se trataba de peleas cuerpo a cuerpo. Su padre tenía toda la razón al decirle que únicamente servía para ser algo que se podía tirar a la basura en cualquier momento. Le iba a quedar una enorme cicatriz en esa parte, y todo por ser tan débil y no mostrar fuerza alguna cuando alguien la amenaza. Buscó algún trapo en la habitación, rompiéndolo y buscando la manera de que no sangrara más o se infectara. Lo peor de todo, era que e