No es solo lo mucho que me atrae su cuerpo, su inteligencia la forma en la que me mira, todo de ella ha generado una atracción enfermiza que me lleva a desearla desnuda sobre y debajo de mí, y justo allí estaba en mi cama dormida con esos shorts de pijama que son una completa tentación, justo como me gustan físicamente, Jocelyn es alta, delgada, con un trasero de tamaño mediano y firme, esos pechos que parecen pequeñas manzanas rojas que te hacen ensalivar la boca, esos ojos color miel que me hacen perder el su brillo como si se tratara del mismísimo sol y esa melena n***o azabache que ahora estaba esparramada sobre mis almohadas, Dios que me estaba haciendo esta mujer, desde el primer momento en el que la vi en ese bar con Mario lo único que quise fue traerla a mí y hacer con ella todo lo que por mi cabeza se pasara.
Esta es la primera vez que de verdad alguien me genera no solo deseo sino también curiosidad e incluso celos, nunca me ha molestado que los guardias miren las mujeres que entran o salen de los bares conmigo, ni que las vean pasearse por lo departamentos a los que las llevo en bikini o ropa interior, pero a ella la tengo recluida en la habitación para impedir que la miren demás, no tengo ni p*uta idea porque todo con ella se está sintiendo diferente y ni siquiera me la he fo*lado.
Me senté en la cama de forma brusca con toda la intención de que se despertara y funciono, se movió un poco incomoda por la forma en la que me tire en el colchón.
- ¿Paso algo?
La forma inocente en la que pregunto aquello, solo hizo que sintiera ternura por alguien más que mis sobrinas, se sentía como si estuviera en el lugar correcto, no, solo es el alcohol y la fascinación que tengo en la cabeza de cog*ermela en todas las posiciones posibles antes de que su cuerpo flaquee por el cansancio de las fuertes embestidas que le esté dando.
- No, puedes volver a dormir.
Me quite los zapatos para luego levantarme de la cama bajo su atenta mirada, que descarada, encendí la luz para que pudiera tener una mejor vista de mi cuerpo, me saque el saco y la camisa, para luego quitarme los pantalones y tomar unos de chadal que siempre ponían para mi debajo de una de mis almohadas, mientras que ella no dejaba de mirarme, era como si sus ojos de hubiesen quedados pegados en mi piel, seguía con ellos cada uno de mi movimiento, llegando incluso a tragar saliva, al igual que yo tenía tantas ganas, podía recordar a plenitud como su entrepierna se había sentido las veces anteriores que habíamos iniciado y no terminado, se lo mucho que podía llegar a mojarse y por primera vez sentir eso de ser el primero, de dejar una huella imborrable en su cuerpo y su mente.
- Ven aquí
Ella salió de las sábanas y se paró delante de mío, tenía dos mechones de su largo cabello sobre sus hombros cayendo sobre sus pechos, los tome y puse detrás para luego poner mi mano en su nuca y traerla hacia mis labios, pese a que es alta aun me saco al menos una cabeza, por lo que se puso en puntas para poder besarnos bien, sus manos las llevo a mi cuello y se abrazó a mi como si estuviese anhelando por ello, comencé a bajar mis besos hacia si barbilla, recorriendo con besos húmedos su cuello hasta llegar al balle de sus pechos, ella echo un poco hacia atrás su cabeza dándome un completo acceso a sus senos, fue hermoso, no se lo pedí su cuerpo reaccionaba gracias a las sensaciones que ya le había mostrado que podía hacerle sentir.
El ritmo de mis besos aumentaron bajando poco a poco hasta sus pezones, Dios son tan rosados y provocadores que no pude evitar lamerlos levantando la mirada para ver el rostro de placer que ella estaba haciendo, le saque por completo la blusa de pequeños tirantes de seda para luego hacerla caer sobre la cama, su pequeño y delicado cuerpo reboto en el colchón, bajo su atenta mirada me saque los pantalones y subí sobre ella, posándome en el medio de sus piernas asegurándome de que sus muslos estuvieran separados, no soy de los que dicen palabras románticas al momento de cog*er por lo que continue con los besos húmedos hasta que llegue a la seda de sus shorts, lo tome de ambos lados y tire tan fuerte de el que se deshizo en mis manos, ella miro hacia abajo sorprendida de lo que había hecho, pero ahora frente a mi estaban esos sexis pantis de encaje rojo que me hacían desean romperlos igualmente, la bese sobre la tela para entonces volver a subir y besarla, besarla hasta que mi cuerpo me pidió aire, lleve mi mano a su entrepierna apartando la tela para tocar su ya mojado clítoris y comencé a tocarla, la deseaba igual de húmeda que las veces anteriores, así mi miemb*or no tendría problemas para entrar en ella y ambos lo disfrutaríamos, no soy un monstruo que olvidará que estaba por desvirgarla.
Mi toque continuó y sus gemidos no se hicieron esperar, esos pequeños y deliciosos quejidos los tome para mí, solo para mí, introduje uno de mis dedos dentro de ella y con el pulgar continuaba estimulando su centro, un doble toque con el que en pocos minutos logre que se corriera.
- Mira nada más esto. Saque mi mano y estaba mojada de sus fluidos – Parece que ya estas lista para mí.
Me levante y termine de sacar su ropa interior, ella permanecía con las piernas abiertas, me quede mirándola por un minuto como para apreciar la belleza que estaba por devorarme, es una hermosura, esa tersa piel blanca que ahora tenía pequeños rojeces en diferentes partes por mia garre fuerte me volví a acostar sobre ella.
- Si sientes dolor debes decírmelo, ¿Ok?
Ella solo asintió no emitió ni un solo sonido hasta que sintió como entraba lenta y tortuosamente dentro de ella, esta tan apretada, siento como mi pe*e es apretado por sus paredes, que sensación, nunca había experimentado algo como esto. Seguí moviendo mis caderas lentamente, hasta que, entre por completo en ella, sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos dejando salir pequeños sonidos, pero no sé si eran de placer o dolor por lo que me detuve, pero entonces ella hizo un movimiento con sus caderas que me indicaron que deseara que siguiera y abrió sus ojos y volvió a asentir como queriéndome decir que se sentía bien y podía continuar.
Sali de ella y voli a entrar, esta vez un poco más rápido y se sintió igual de bien que la primera bien.
- Qué coño tan delicioso tienes mujer.
Seguí con mis embestidas cada vez más rápidas, hasta que sentí como enrollar las piernas alrededor de mi espalda, que sensación tan maravillosa, estaba tocando el cielo y cuando miré hacia abajo y vi como sus senos rebotaban con esa ligera capa de sudor sobre ellos, mientras ella se sujetaba de mis brazos mientras sus ojos comenzaban a ponerse en blanco y sus gemidos a escucharse aún más fuerte por toda la habitación, mi nuevo sonido favorito es el de su voz gritando entre gemidos mi nombre.
- Más, por favor ah MÁS.
Eso solo me hizo que me levantara, la tome por las caderas y lleve hasta el borde de la cama para luego tomas sus piernas con mis antebrazos y penetrarla con un poco más de fuerza, no fue muy amable con ella, comencé a moverme como mi cabeza me llevaba gritando desde hacía meses que lo hiciera dentro de della, para luego hacer que enrollara sus piernas en mis caderas y aferrar mis manos a las suyas y estocarla aún más fuerte, baje la mirada y vi cómo se agarraba con fervor los senos y mordía su labio, ese más la forma como su interior me atrapaban fueron el complemento perfecto para hacer que me corriera dentro de ella, que sensación tan maravillosa.