CAPÍTULO 6 | NO OLVIDES QUIEN SOY YO

1430 Words
Asegúrate de que esta vez mis órdenes se cumplan Filiphe, déjale claro a Ágatha que ella será la siguiente con una bala en la cabeza si alguien se atreve a tocar a la chica. Ni yo mismo puedo explicarme las razones por las que me llama tanto la atención, nunca me había tomado el tiempo de hacer sentir bien a una mujer, soy bueno cog*endo, mi reputación me precede, pero con ella todo es tan diferente, sentía la necesidad al verla desnuda de tocarla, de hacerla sentir hermosa y cuando vi que estaba siendo lastimada el impulso de protegerla fue automático, eso solo me había sucedido con mis padres, hermano y con mi sobrina, solo mi sangre me había importado hasta el momento en el que conecte con esos hermosos ojos color ámbar. Salí del auto y la enorme puerta de doble hoja fue abierta para mí, del interior de la enorme mansión Angelucci salió corriendo mi bella Regina, Montserrat, la futura señora de toda Italia y quien tiene el poder de hacer lo que desee con mi corazón, desde el momento en el que nació esta pequeña ha tenido un don para doblegarme y obtener de mí lo que ella desea, aunque la Principessa también es igual o quizá más persuasiva que ella, mi Fiorella, con esos ojos grises que reflejan los espejos, un brillo sin igual florece de esta hermosa rubia. - ¿Tío que me has traído? Dijo Fiorella con esos ojos demandantes. - Si tío, ¿Qué nos has traído?, papá dijo que todos estamos de fiesta porque tendremos un nuevo hermano, y cuando se está de fiesta los homenajeados reciben regalos. Montserrat nunca ha ayudado, tiene 15 años y disfruta de ver cómo su hermana hace berrinches por no tener lo que desea, su alma es quizá tan ardiente como el color rojo de su cabello. - Podrías dejar de incentivar a esta berrinchuda, no sabía que ya habían llegado. Me dije acercándome a su oído. - Oh tío, ¿Cómo que no, nos has traído nada? Ese comentario en voz alta hizo que la menos de las dos comenzara a llorar y formara un berrinche enorme por el que tuvo que intervenir su nana, pero toda esa escena fue gozo para la siguiente señora de la casa, quien no dudó en mostrarme el placer que le daba el que su hermana me hicieras esos shows. - ¿Estarás contenta? - Mucho de hecho. Soltó una enorme carcajada que me contagió y sonreí junto a ella, Montse es especial, ella no es una niña común, se ha enfrentado a muchas cosas a su corta edad, momentos difíciles que la han hecho madurar a sus solo 15 años. - ¿Cómo la pasaste en Inglaterra? ¿Todo fue como esperabas? - Sí, es muy bello, Londres es hermoso, una ciudad en realidad envidiable, pero… Suspiro - Luego llegue aquí, me asome por la ventana y vi la impotencia de esta ciudad, en definitiva nada en el mundo se compara a la Toscana. Eso me hizo sonreír, ese amor y devoción por su lugar natal y por su gente es justo lo que todos esperan de ella, y no porque se lo hayan inculcado, pero mi sobrina en realidad ama lo que es y lo que nuestro apellido representa, ha crecido entre joyas y lujos, y aun así ella sigue regida a las normas, incluso debo admitir las respeta más que yo. Seguí hablando con ella hasta que en la habitación apareció su madre, la Regina de Italia, Roxana Angelicci, una hermosa mujer y esposa de mi hermano Carlo, pero al mismo tiempo la peor de las agujas en el cu*o, yo no le agrado mucho a ella, ni ella a mí. -Me alegra verla Regina, me agrado saber de Montse que su viaje fue más que satisfactorio. - Gracias cuñado, Carlo no tarda en bajar, cenaremos todos en el comedor principal. - Solo asentí, esta era mi casa antes de que mi hermano se casara y yo pasara a vivir en Palermo, me hice cargo del puerto principal, mientras que mi hermano designó terratenientes para el resto de las zonas de Italia que controlamos, mantener el poder que nos dejó nuestro padre es junto al cuidado de la Famiglia lo más importante para nosotros. - Creo que ya deberías buscar una esposa. Esa frase casi hace que me ahogue, solo teníamos unos 10 minutos de habernos sentado a la mesa y lo primero, después del saludo, que me dice mi hermano es que debo buscar una esposa, solo voltee los ojos, todos los presentes incluso la pequeña Ella conoce mi posición al respecto de ese tema, pretendo ser el soltero empedernido hasta que mi edad me exija lo contrario, dado que sé mis responsabilidades y darle un heredero a la Famiglia es una de ellas. - Que forma de arruinar una buena cena hermano. - ¿Hablar de la sobrevivencia de nuestro apellido es una forma de arruinar la cena? - No, pero vamos hablas de nuestra línea de sangre como si estuviera a punto de extinguirse, ambos estamos vivos, tienes dos hermosas hijas y uno más en camino, no seas avariento hermano. Él se echó a reír, sabe que odio el tema y aun así lo saca a relucir. - Vamos solo escoge a una chica, a tu edad yo ya tenía a Montserrat. - Eso es distinto, los encantos de nuestra Regina te atraparon a temprana edad. Mi comentario hizo que Roxana me aniquilará con la mirada - Además, nuestras posiciones son distintas, tú eres el primogénito, tener hijos temprano era una de sus responsabilidades para con la Famiglia. Su sonrisa se escuchó en todo el comedor, solo en estos momentos y junto a su esposa e hijas podía vérsele relajado y des complicado, aunque Roxana no me agrade admito que le ha hecho mucho bien a mi hermano, le ha dado una razón para vivir más que la venganza y eso es algo que nunca podré pagarle, aunque no deja de ser una molestia. - Yo creo que en realidad necesitas sentar cabeza, darle a Palermo una Regina, una que pueda encargarse de todo hasta que Isabella se haga cargo a la edad correspondiente. Dejo los tenedores en la mesa para luego tomar su copa de vino y antes de llevarla a su boca dijo - No puedes vivir detrás de mujerzuelas toda la vida, Palermo y Génova necesitan una Famiglia principal y es tu deber dárselas, y no. Dijo señalándome con la copa de vino - No puede ser una de tus amiguitas. La tensión en el ambiente se podía cortar con un cuchillo sin filo, sus comentarios siempre estaban buscando ir en contra de lo que yo deseo y de lo que quiero para mida, no es mi intención ser como mi hermano, ese de enamorarme, casarme y tener hijos no me atrae, no quiero una vida llena de amarguras por una esposa que me esté pidiendo explicaciones todos los días de lo que hago o dejo de, soy un alma libre una con la suficiente madurez y poder como para decidir por mi mismo, una cosa es que acepte los comentarios y sugerencias de mi hermano e incluso de ella por respeto a su posición en esta casa, pero otra cosa es intentar que yo haga la su voluntad. - Sabes cuñada, nunca te lo dije, pero en realidad yo no estaba de acuerdo en que tú fueras la esposa de mi hermano. De inmediato me miro y me abrió los ojos - Te agradezco por mis sobrinas y por el niño que ahora crece dentro de ti, pero eso no significa que me agradaras como la prometida de Carlo, o que lo hagas ahora como su esposa. - Mauridcio, mide tus palabras no olvides a quien tienes delante de ti. - No lo olvido hermano, es tu esposa, la madre de mis sobrinas, la Regina de Italia, pero ella también debe recordar quien soy al momento de hablarme, soy un Angelucci, el Demonio Lombardi, no me hables como si me ordenaras porque incluso mi hermano, El Capo, sabe que soy libre d e hacer lo que me plazca siempre y cuando eso no dañe a la Famiglia y créeme cuñada no hay nada que ame mas que. Mi Famiglia. Hecho una furia se levantó de la mes ay se fue, los enfrentamientos entre ellos eran contantes, pero este justamente traería consigo consecuencias, unas muy grandes para Mauridcio y que marcarían el inicio de lo que sería su nueva vida.
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