Hola, espero que todas se encuentren bien. Los episodios que se habían estado publicando fueron solo para conseguir la aprobación del contrato, no obstante, no se publicarán más capítulos hasta que el libro esté completo, para evitar retrasos en las publicaciones y de esa forma ustedes puedan disfrutar de una actualización diaria sin ninguna interrupción, pero podrán ir viendo todos los adelantos y la forma en la que se desarrollara la historia entre Jocelyn y Mauridcio a través de la página en fac**ook 'El Alfil', la cual ya está superhabilitada para que ustedes conozcan de primera mano cuando la historia este termina y puedan ir a leerla así como el amor apasionado, fogoso y prohibido que vivirán estos dos espectaculares personajes. Les digo que, si son sentimentales, preparen los pañuelos porque estos dos se amaran y odiarán, vivirán en una montaña rusa, llena de se*o, placeres, peleas y corazones rotos, una historia propia de dos almas rebeldes dispuestas a mantener su libertad y a no perder lo que han logrado.
ADELANTÓ
Entre al auto y salimos, me sentía un poco débil, no había comido nada en todo el día, pero mis pensamientos al parecer fueron leídos ya que me pasaron una bandeja con una tabla de quesos que tenia de todo, mire de reojo a los guardias quienes no me devolvieron la mirada solo Filiphe, quien me indico con esos ojos fríos que debía comer, lleve un par de trozos de queso y jamón a mi boca, disfrute de esas delicias, no sabia a donde iba y por lo que sabia de ese mundo esta puede ser mi última comida, por lo que la disfrutare.
El auto se estaciono en una enorme casa, estaba sobre una colina que daba una vista verdaderamente impresionante, estaba tan ida viendo como barcos se reflejaban en el agua desde ese punto que no me percate de que él se paró delante de mí, cuando gire la cabeza para avanzar me choque contra su fuerte y firme pecho, una expresión seria me devolvió a la realidad y me hizo quitar la pequeña sonrisa que había brotado de mis labios. Allí estaba, el hombre que llevaba todo el día en mi cabeza y que ahora parecía era mi dueño.