-Mateo - gime - se nos hace tarde - él gruñe sin dejar de darle placer - por favor - sus mejillas se sonrojan - Cielo - da un gritito. -Solo 5 minutos - le sube la falda a la altura de sus caderas - No es mucho - acaricia sus nalgas - vamos lo necesitas - se arrodilla poniendo una pierna femenina en su hombro - te gustará lo prometo. Acto seguido deja de lado sus bragas para darle paso a su lengua y así jugar con su centro de placer lo besa la penetra con la lengua haciéndola poner roja, gime apretando sus hombros, Mateo aprieta entre los labios su clítoris sacando un gran gemido de ella, un poco temeroso se decide a penetrarla con dos dedos disfruta levantar la vista y ver cómo se muerde el labio entrecerrando los ojos haciéndola llegar a un orgasmo casi que inolvidable para ella, se rí