Nosotros

Madrid, España 2.001. Me presento soy Natalia Ibarra amiga y socia de Mateo Martinez uno de los hombres mas importantes de Madrid, mi vida ha sido difícil afortunadamente conocí a Mateo hace años y juntos hemos creado el emporio Martinez & Asociados. Mi vida se resume a huir de Víctor Manuel él hombre de quien me enamore a temprana edad con él me case a pesar de la diferencia en las clases sociales pues siempre aparento quererme, a él le debo algunas cosas como mi habito de leer y desconfiar de cualquier hombre. Me voy vistiendo con uno de mis vestidos en colores fuertes hace años no uso ropa en tonos claros, siento que deja ver una debilidad que no tengo, perdí al bebe que esperaba de Víctor Manuel cuando solo tenia 3 meses de gestación, sin duda esa perdida y descubrir que él hombre que decía amarme nunca lucho de verdad por mi me ha ido destruyendo.  Hoy tengo una junta muy importante, desde hace días me ha ido fastidiando de más la actitud de Mateo antes era una mujer por semana ahora una por noche y su machismo es tal que me presume sus logros sexuales y primitivos. Vale que le he dado confianza pero aun soy mujer y hay temas que no debería saber, resoplo y acomodo mi cabello y maquillaje, me gusta el resultado. No hay tiempo para comer, tomo uno de los panecillos que hay en mi mesa y salgo a la reunión. Olvide mencionarlo, él engaño de aquel miserable me hizo querer ser abogada y soy una de las mejores mi rama derecho de familia, minutos después llego al bufete. -Buenos días, doctora Natalia - me saluda Carmen la jefe de las secretarias. -Buenos días - respondo mientras recibo la correspondencia y para no perder la costumbre. -Buenos días mi amor - bufo, Mateo jamás va a cambiar aunque me gusta ese trato. -Ya te dije que no me digas así - lo observo de arriba a bajo - de nuevo en la casa de una de tus amiguitas - pongo los ojos en blanco mientras dejo mi bolso al cuidado de Carmen - al menos súbete la cremallera - le acomodo la corbata - Carmen en 5 estoy en la sala de juntas. -Que puedo decir... - se ríe de mi y acomoda un mechón de mi cabello. -¿Ahora con quien fue? - me alejo de él - una de esas viejas sin nombre y sin apellido. -Te equivocas... -no le respondo y me voy. Sonrió cuando entro a mi oficina definitivamente aunque me ofende de cierta manera su comportamiento tan libertino no puedo negar que me agrada nuestra confianza, no se si alguna vez me dará igual saber que pasa cada noche en una cama diferente pero así es él y así lo quiero aunque jamás se lo digo, cuento hasta 3 y esta detrás de mi como siempre una rosa roja. Volteo me mira divertido mientras cierra la puerta con seguro y cierra las persianas. -No tengo cara de payaso - exclamo sentándome en mi silla mientras saco de mi cajón las gotas de sus ojos, me acerco a él hago un gesto para que se siente y lo hace - pero que obediente, ¿apuesto que no te haz puesto las gotas y tu ojo debe arder...? -No se que haría sin ti - él abre las piernas para darme entrada y poder levantar con cuidado su parche - apuesto que te pasa igual - me toma de la cintura mientras cierra su ojo, se que odia que le vean sin el parche por eso y solo por eso no le digo nada cuando me toma de la cintura. -Mateo no harías nada, a pesar de salir con esas viejas sin nombre que solo quieren tu dinero y posición social ninguna te aprecia como yo. Sonrió se que no me ve con lo cual puedo verlo como me gusta sin aparentar la dureza que me empeño en tener; sé que tiene sensibilidad en su ojo con lo cual con sumo cuidado tomo una de mis toallitas y limpio todo el contorno lo soplo para darle una sensación liberadora como él le llama, le gusta lo sé por su sonrisa es muy bonita me apresuro a poner sus gotas no se lo digo pero tengo fe que algún día decidirá operarse no por mi, sino por él se cuanto sufre. Unos segundos después pongo un nuevo parche es igual al que quite por eso cree que tiene el mismo todo el tiempo, pero la verdad me empeño en que cambie para evitar infecciones. Doy un beso en su frente, me aprieta mas fuerte y acuesta su cabeza en mi pecho. -Suéltame - susurro muy suave, quiero evitar que note como me pone ese contacto, lo hace. -Gracias - me toma de la mano la besa. -Guarda la espada - le doy la espalda mientras tomo mi agenda y lápiz - tenemos la junta, anda que no haz ido a tu oficina por tus casos. -Estas muy mandona, ¿me creerías si te digo que no estuve anoche con nadie? - se levanta. -Mateo no tienes que darme explicaciones - sale sin contestarme. Últimamente noto que me da explicaciones, mi corazón se acelera no quiero ilusionarme con lo cual muevo la cabeza en señal de negación mientras observo su bonita figura es muy masculino aunque no le gusta hablar de ello pero cualquier mujer estaría feliz de tenerlo en su vida. Al principio puede ser un hombre verdaderamente complicado pero es un encanto. Minutos después estamos sentados el uno frente al otro, por supuesto Mateo encabeza la junta, es abogado penalista pero no me corresponde contar porque escogió esta rama del derecho. Narrado en tercera persona... La junta continua, Mateo la dirige es profesional pero no deja de lanzar miradas a cierta morena que lo trae suspirando desde hace años pero no lo ve como a él le gustaría, mira disimuladamente cada gesto traga saliva le encanta lo que ve, Natalia como siempre espera a que todos salgan toma su café y se dirige a su oficina. -Deberías disimular - le molesta Juan su colega - no creo que te corresponda.  -Eso me temo yo, pero si solo me mirara como me gustaría yo seria feliz. -Te ve como su amigo y colega, durante años te ha tratado así - Mateo asiente. -Mateo podemos hablar - se acerca la morena - es un asunto personal - Juan se va. -Dime...- caminan hasta la oficina de él. -Mira - le entrega un papel - dice que Víctor Manuel no se divorcio de mi y quiere que yo vuelva con él - sin que Mateo lo espere lo abraza - yo se que por la no convivencia en 10 años puedo pedir el divorcio además yo era menor de edad pero no quiero verlo nunca - Mateo acaricia su cabeza - se que no debería pero me gustaría que tu me representes  por favor, no quiero verlo. -Esta bien, lo haré pero con una condición. -¿Cual? - se aleja lentamente de él. -Quiero una oportunidad, quiero que lo intentemos... -Mateo - esquiva su mirada - tú no eres el tipo de hombre que le es fiel a una mujer y lo siento pero no quiero sufrir no puedo. -Escúchame - toma con sus manos el rostro de Natalia - Nata cariño si me das una oportunidad te demuestro que hay cosas que asumes que no son ciertas, dame una oportunidad y si no funciona prometo no molestarte mas. -Mat lo que me pides, no lo puedo hacer te quiero pero no... - niega - no esta bien, entiéndeme prometí no enamorarme de nuevo, no eres tú soy yo. -Es porque uso este maldito parche - hace ademan de quitárselo - porque no soy cari bonito y mi cuerpo esta quemado, tiene cicatrices - se aleja. -Claro que no, no es eso - lo toma del brazo - lo que voy a decir no es fácil, pero vamos creo que es hora de que lo sepas - toma aire - todo de ti me gusta y mucho - lo mira y acaricia su rostro, no me importa tu físico tampoco si usas o no ese parche, pero yo tengo mis propios miedos y por el bien de nuestra relación lo mejor es no mezclar lo laboral y lo personal, no pasar la línea de la amistad a algo que no sabemos si va a funcionar. No insistas cariño de lo contrario tendré que alejarme de ti y créeme que eso me dolería. -Nata ¿Por qué no lo intentamos?, estoy dispuesto a poner todo de mi parte para que funcione por ti estoy dispuesto a dejar de lado... mira yo salgo con mujeres pero nunca pasa a mayores - baja la cabeza - me avergüenzo, solo podría intentarlo contigo. -Mat cariño no insistas, le voy a pedir a Juan que me ayude con el caso lo mejor es no mezclar las cosas...- lo abraza - te adoro no lo olvides.