—Parecía increíble esa comida. ¿Cómo se llamaba? —le pregunté a Duncan mientras luchaba contra la tentación de lamer mi plato hasta dejarlo limpio. Me había llevado a una hermosa cabaña de troncos que estaba a solo 2 o 3 millas de Draco, pero no cerca de nadie más, lo que me ayudó a aliviar algo de estrés. Tenía cuatro habitaciones, una de ellas lo suficientemente grande como para albergar la cama más grande jamás hecha, con espacio de sobra. Tenía una cama lo suficientemente grande para todos mis compañeros y para mí, con algo de espacio adicional. La elegí, lo cual no sorprendió a Duncan. Lo que sí lo sorprendió fue verme correr a toda velocidad desde la puerta y saltar sobre la cama. Era como si una nube se estuviera comiendo mi cuerpo. Tuvo que sacarme antes de que pudiera mostr