Al día siguiente, desperté temprano, algo raro en mi, los sirvientes del palacio ya sabían que era de los últimos en despertar, hoy no era el caso, tenía algo mucho más importante que hacer que quedarme a dormir un poco más. Nado tan rápido como puedo hasta la salida del palacio y casi hubiera logrado escapar de no ser por Fletcher, mi estúpido consejero real, siempre anda detrás de mi como un maldito plancton
-buenos días joven Azariel, que sorpresa verlo despierto tan temprano- me saluda haciendo una reverencia, ruedo los ojos y le doy una sonrisa fingida
-resbalé de la cama, ahora apártate se me hace tarde- le digo mientras intento salir de la posición en la que me tiene acorralado, frunce un poco el ceño, acomodandose la lentilla de su ojo izquierod
-joven Azariel, recuerde que no debe andar solo por Aquaria, últimamente....- lo interrumpo antes de que comience a aburrirme con su cantaleta de siempre
-últimamente ha habido más casos de desapariciones, lo sé, pero no voy muy lejos, iré solo a casa de Atlas- abre los ojos como platos y aletea hacia atrás, asustado un poco, ni a mi padre ni a él les parece buena idea que yo sea amigo de alguien como él, siendo alguien de la realeza, no puedo mezlcarme con los plebellos, a mi no me molesta en lo absoluto
-usted sabe que a su padre no le gusta que vaya a los suburbios, permítame acompañarlo- Fletcher comienza a removerse preparandose para irse, niego y comienzo a alejarme lentamente -no es necesario Fletch, se cuidarme, estaré bien, volveré pronto- me despido de él y nadando tan rápido como puedo, salgo del palacio a toda prisa.
Atlas es mi mejor amigo desde hace varios años, lo conocí cuando exploraba una de las fosas de la zona norte de Aquaria, lo malo era que vivía en un lugar peor, en Aquarion, la zona sur del reino, en los barrios más bajos y pobres, dónde se acumulaba la basura marina, ahí se encontraban una variedad de especies marginadas, sirenas que habían perdido su entera belleza, tritones que vivían a base de robar a los más afortunados o que simplemente no podían costear una propiedad en la zona privilegiada, eso no me parecía nada justo, todos debíamos de vivir por igual, el oceano es inmenso, supongo que cuando sea rey podré crear algún tipo de ley que permita que todos vivamos en igualdad de condiciones.
Al llegar a la avenida donde vive Atlas, rápidamente puedo sentir la tensión en el agua, el oleaje se vuelve más intenso y eso es porque en varias de las calles se llenan de remolinos que dan a las fosas más peligrosas, algunos de los tritones se me quedan viendo, aquí el poder de mi padre es nulo, no es respetado así que es peligroso para mí, pero eso realmente nunca me ha importado, me gusta el peligro, a lo lejos lo veo, cruzado de brazos, con una sonrisa altanera, típica de él
-pero miren a quien tenemos aquí, a su majestad, el próximo rey de Aquaria- me dice en tono burlón cuando llegó hasta él, ruedo los ojos y sonrío de lado
-ja ja muy gracioso- le digo en tono sarcástico, suelta una risa y extiende su mano
-¿Qué pasa hermano? Dame esa aleta, choque... eso- chocamos nuestras aletas y después el puño, es como nuestro saludo especial.
-necesito que me ayudes con algo y no puedo esperar a verte mañana en el arrecife- abre los ojos como platos y asiente
-realmente debe ser importante para que no puedas esperar, dime ¿a quien perseguiremos ahora?- nadamos hasta un pequeño coral, froto mis manos, nervioso
-quiero... saliraconocerelmundohumano- le digo hablando lo más rápido que puedo, Atlas frunce el ceño y hace una mueca y suelta una risa
-¿que? perdón pero no te entendí nada- ruedo los ojos
-quiero... salir a conocer el mundo humano, quiero explorar un poco más de lo que ya conozco, antes de... cumplir mi obligación de vida- bajo la mirada, sintiendome demasiado nervioso, Atlas no dice nada, se mantiene con la boca abierta, sorprendido
-¿y puedo saber porque? ¿que te ha llevado a tomar esa decisión? aqui lo tienes todo, literalmente, todo Azariel ¿porque irte?- Atlas es un chico demasiado curioso, usa unas lentillas para ver mejor, eso le da un aire filosófico, intelectual, aunque después ves los tatuajes en sus brazos y eso se va al carajo.
-papá me ha dicho que en cuanto cumpla dieciocho será mi coronación, me buscará una reina y comenzaré a gobernar Aquaria- asiente
-vaya, un gran problema para su majestad, Azariel el rompecorazones, podrías tener a cualquier sirena a tus pies, todo el mundo querrá ser tu amigo- ruedo los ojos y asiento
-lo sé Atlas, pero ya sabes que nunca eh podido conectar realmente con ninguna de ellas, todas son hermosas, pero yo busco algo diferente, además, mamá siempre decía que debía seguir mis sueños, ser curioso, ir más allá de lo conocido y además... ese golpeteo en el corazón cuando...- me interrumpe
-si, sí... ese golpeteo cuando sientes que es lo correcto, lo sé, lo sé, pero Azariel, me preocupa que te pase lo mismo que a mi tio Brake, sabes lo que pasó con él, te lo hemos contado-
Brake era el tio de Atlas, gobernaba uno de los reinos del oceano, un día, sintiendo curiosidad por el mundo humano, salió a la superficie y jamás volvió, dicen que murió, pero jamás se comprobó nada, por eso ahora la familia de Atlas vive aquí, fueron desterrados por ser familiares de un rey traidor
-no me iría para siempre Atlas, solo... por un tiempo, cuando me aburra, volveré, tomaré el lugar que me corresponde y me casaré con esa sirena como lo ordena mi padre, seré el rey y tu estarás conmigo, somos hermanos, lo sabes, es solo que... siento que debo hacerlo, es algo que no me puedo sacar de la cabeza- nado de un lado al otro, intentando convencerlo, arruga la frente y asiente
-¿hablaste con tu padre almenos? tal vez, si le explicas lo que sientes, el pueda ayudarte, por todos los dioses, él es el maldito rey, puede ayduarte con cualquier cosa- ruedo los ojos creo que Atlas no está comprendiendo
-papá no entenderá Atlas, sabes lo que piensa sobre el exterior, me sobreprotege demasiado, desde que murió mi madre, él no me ayudará, pero... supongo que si hablo con él... tal vez lo entienda- sonrie de lado y asiente
-en caso de que tu padre no acepte, ¿que harás? ¿tienes un plan de respaldo?- muerdo mi labio inferior y asiento
-Lotán- digo serio, abre los ojos como platos
-¿irás con ella? ¿te arriesgarás a tanto solo por... el exterior?- reclama, asiento rápidamente
-no creo que me pida mucho a cambio de ayudarme, además puedo ofrecerle lo que sea, soy el heredero, el futuro rey- digo en tono burlón y altanero, ríe conmigo
-aún así, ¿que sabes tu de los humanos y el exterior?- entrecierra los ojos, me intimida un poco tantas preguntas, ahora ya no me siento tan confiado de hacer esto
-tengo algunos tesoros, los conoces, creo que puedo hacer algo con eso- asiente, rasca su frente
-bueno y ¿almenos ya pensanste en tu nombre humano? necesitarás uno- me río de su comentario y por más loco que suene, claro que lo tengo, lo eh pensado por mucho tiempo
-Franco- respondo rápidamente, alza las cejas, sorprendido
-¿Franco? ¿eso que significa?- Atlas se cruza de brazos, a él le encanta la etimología de las palabras, sonrío de lado
-Hombre libre, como lo que quiero ser, almenos por ahora, ¿que opinas? además tu también podrías ayudarme, sabes más cosas de los humanos que yo, tenemos tiempo para aprender- le digo sonriendo, comienza a reir y asiente
-¡ay por Poseidon! está bien, está decidido, te ayudaré, aprenderás a ser humano y te ayudaré a cumplir tu sueño, pero cuando vuelvas, yo seré tu asesor real- asiento sonriendo ampliamente, es bueno convenciendo personas
-trato, ahora te reto a una carrera, el que llegue primero al coral del norte se gana un molusco asado- antes de que pueda decir algo más, sale nadando rapidamente.
Me siento esperanzado, ahora solo me falta armarme de valor y enfrentar a la temida Lotán.