—Siento la tardanza, olvidé donde dejé mi invitación, no la encuentro en ningún lugar y estaba indecisa de si presentarme o no —la voz de aquella jovencita salió de manera juguetona.
Todos los presentes fijaron su mirada en ella, era muy hermosa pero a simple vista parecía que fuera algo olvidadiza. Izan esbozó una sonrisa lasciva al escuchar, Abby James era demasiado tierna, aunque su m*****o endurecido no pensara lo mismo. Su pecho se dilato de emoción, lamió sus labios saboreando la vista que tenía de ella desde aquel rincón del bar. Se puso de pie disimuladamente caminando hasta el otro lado de la barra donde había una especie de muro de cristal. Desde ahí ella no lo podría ver.
—¿Cómo te llamas? —preguntó exasperada la señora Taylor mientras le dirigía una mirada de regalo.
Abby m
