Escuchaba la calmante cruzada del río, observaba el cielo, feliz de que fuera un cielo tan azul y hermoso el que se eligió para ella morir. Intentó alzar su mano para alcanzarlo, pero a pesar de lo cerca que se veía, aquella expansión no podía ser tocada por sus sucios dedos. La sangre huía de ella, el dolor no la asustaba y quizás morir era una buena recompensa, mejor que ser esclava, pero ella no quería morir, Liana deseaba la libertad. Conocer otras cosas, sentir la libertad, una sonrisa en sus labios, una linda ropa cubrir su piel. Más importante, un abrazo sincero, otra mirada como esas que le daba el Alfa Ossian o la manera en la que su voz hacía que su cuerpo se estremeciera cuando él la nombraba. —Hizo que…amara…mi nombre. Soy…Liana. Liana, es el nombre que me dieron mis pad