LIANA Me habían llevado un vestido blanco que casi me arrastraba, fuera de eso me quedaba bien. La hermosa mujer que se llamaba Dama Rhee me ayudó a peinarme, tal como lo hacían las mujeres de esta manada, ahora yo parecía una de ellas, era alguien muy amable. Fue quien vino a avisarme que ya era la hora. —¿Cómo te sientes? —Ansiosa, nerviosa. No sé por cuál decidirme. Siento un nudo en el estómago que no desaparece. Creo que me encuentro mal, Dama Rhee. —Son los nervios, pequeña. Empieza una nueva etapa de tu vida y más nerviosa no podrías estar, pero todo saldrá bien. Hoy es tu noche, se dará un fiesta en tu nombre y todos te conocerán. —¿Una…fiesta? —Si algo se hace con mucha frecuencia en las manadas son fiestas, aunque algunas carecen de sentido, pero esta es muy significativa