—Prosigue. —No tenía ninguna expresión hacia ella.
—¿Me prestas dinero para un taxi? —Me mira con cara de perrito, no pude evitar reírme y ella frunció el seño.
—¿Pensé que querías que te llevará? —La miré cómico.
—Por como te hablé hace rato, no creí que... —la interrumpí.
—Yo te llevo, tranquila. —Le sonreí y ella me dio una sonrisa tímida.
***
—No volverá a pasar, discúlpame —le dije apenado mientras estacionaba el auto al frente del edificio.
—Es la tercera vez que te disculpas. —Se ríe—. En serio todo está bien... Perdóname tú a mí por decirte eso e incomodarte. —Sonríe—. Hasta mañana rubio. —Me besa la mejilla.
—Hasta mañana —respondí con tranquilidad.
Tal vez eso era lo que me tenía mal, haberla incomodado y me alegra que me haya perdonado o sino tendría ese nudo que no me
