Capítulo 1
—¡Muss! ¡apresura el paso! —grité y observé mi reloj que tenía en mi mano izquierda—. ¡Mierda! ¡ya es tarde! —grité nuevamente muy enojada.
Este idiota, ¿no me escuchaba o qué? Fui al cuarto de mi hermano y, ¿adivinen qué? El muy imbécil estaba acostado, muy feliz durmiendo, como si a mí me gustara despertarme a esta hora.
O sea son las cinco am y en unos minutos mi vuelo a Los Ángeles ya iba a despegar, necesitaba que él me llevara al aeropuerto urgente, así que para despertarlo busqué agua fría de la nevera, caminé al cuarto y se lo eché en su cara, ahí si despertó el muy imbécil.
—¡PERO QUE MIER…! —Me miró de arriba abajo y me crucé de brazos.
—Muss ya es tarde, mi vuelo ya va a salir, ya me deben estar esperando, por favor llévame de una maldita vez. —Se paró perezosamente y me miró.
—Por lo menos dijiste “por favor” —dijo recalcando las comillas con sus dedos—. Muy bien camina. —Lo miré mal—. ¡Vamos! ¡vas tarde! —Odio cuando me hace quedar como tonta.
—¡Ja! Yo desde hace años te estoy diciendo eso. —Comencé a caminar saliendo detrás de él.
—Por lo menos te irás a vivir con tu novio y ya me dejaras en paz —dijo algo divertido.
Agarró dos de mis maletas, al igual que yo agarré dos maletas y me colgué mi mochila en el hombro, luego fuimos saliendo del apartamento.
—Nick no es mi novio —dije algo apenada—. O sea nos gustamos, pero aún no somos novios. —Entramos al ascensor y pude ver que mi hermano me volteó los ojos.
—Son casi novios Line, se gustan, se quieren, van a vivir juntos ¿qué esperas? —dijo marcando planta baja en los botones del ascensor.
—No nos podemos adelantar Muss, sé que lo conozco desde que nací, que somos mejores amigos y hace poco declaramos nuestro amor que ya se veía venir, pero... ¿y si algo sale mal? ¿nuestra amistad se daña? —dije algo angustiada.
—Hermanita, deja de preocuparte, ¿si? Vive el momento, me vas a decir que si él te pide ser su novia ¿le dirás que no? ¿Solo por no dañar la amistad? ¡Es absurdo! O sea, ese chico te gusta desde que eras una niña, y ahora tienes diecinueve años, no tuviste ningún novio esperándolo a él, relájate, esto lo has esperado por mucho tiempo, tardó para darse cuenta, pero ya serás feliz. —Le sonreí.
—Tienes razón. —Salimos del ascensor y comenzamos a caminar hacia la puerta del estacionamiento—. Dejaré que todo fluya.
Metimos mis cosas al maletero del carro, luego Muss se montó de piloto y yo de copiloto, arrancó el auto y salimos del estacionamiento dándole clic al control para que abriera el portón, después nos fuimos vía al aeropuerto.
Ya era tarde, pero no tanto, pude llegar a tiempo al avión, pero no había tiempo ni para despedirme de mi hermano. Sólo le di un fuerte abrazo y me monté en el avión, adiós Muss, adiós Miami.
Aún no me había graduado, la verdad es que me faltaba un año más para terminar mi carrera, quería ser directora de cine o guionista, lo que sea que me hiciera entrar a un estudio de audio visualización, así que Nick encontró la manera de ser trasladada a una Universidad de Los Ángeles, pues él me dijo que tendría más oportunidad de hacer películas y cosas así allá, también porque me tenía una sorpresa.
Al bajar del avión, fui a buscar mis maletas, le pedí a un chico que trabajaba en el aeropuerto para que me ayudará a llevar mis maletas y aceptó.
Estaba en el segundo piso, tenía que bajar las escaleras eléctricas, el chico me seguía con mis dos maletas y yo tenía dos maletas con un bolso.
Al llegar a las escaleras eléctricas, comenzamos a bajar por ellas y mientras descendía, buscaba a Nick con la mirada entre las pocas personas que había en el aeropuerto, pero mi búsqueda se detuvo para detallar a un chico, a quién no se le veía la cara entre tantos globos y rosas rojas que cargaba en sus brazos, pero sabía que era un chico, por su forma de vestir o puede que me equivoque, pero bueno, digamos que es un chico.
Me reí un poco, ¿quién estaría llevando todas esas cosas a estas horas de la mañana? Además, él parecía algo torpe, ya que casi deja caer todo tratando de llevarlo en un solo brazo. Se agachó, recogió unos palos largos y los alzó, viéndose un cartel súper hermoso haciéndome sentir un hormigueo en mi estómago al ver el letrero que decía, “Maddy, ¿quieres ser mi novia?”.
Quedé impresionada, era primera vez que él me hacía una de estas cosas, resultaba sospechoso, pero tampoco voy a ser mala, tal vez quiere hacerme ver qué realmente le gustó.
Cuando llegué abajo, corrí a él, me paré en frente de él y traté de quitarle todo lo que tenía en la cara para verlo mejor, era mi Nick.
—Por supuesto que sí. —Me miraba sonriendo, le agarré las mejillas y le di un piquito, ya que no podía besarlo bien.
—Pronto me quitaré esto, para poder celebrarlo bien —dijo sonriendo pícaramente.
—Ay no... pero si te ves tan adorable con todo esto —respondí mirando los objetos con una sonrisa.
—Parezco un tonto. —Pone una cara divertida.
—Pero un tonto romántico y con novia. —Le di otro piquito.
—¡Claro! Si me hubieses dicho que no, te mataría por dejarme en ridículo. —Finge estar serio y luego puso una cara toda graciosa, el cual me hizo reír.
Alguien carraspeó su garganta, era el muchacho que me estaba ayudando a llevar mis cosas, por lo que Nick lo miró atrás de mí.
—¡Ah! Discúlpame, ya le muestro donde dejar eso —dijo Nick refiriéndose a mis maletas.
Caminamos hacia la salida, Nick iba delante de nosotros con el letrero en un brazo y, con las rosas rojas y los tres globos en el otro brazo.
Uno de los globos era de un corazón que decía “I Love You”, el otro globo tenía la carita del emoji con los ojos de corazón y el último globo, ahora que lo veo bien, es una foto de nosotros cuando me visitó a Miami, el cual ahora se ve muy diferente que en la foto, se ha dejado crecer un poco el cabello y se veía atractivo.
Llegamos al auto de Nick, tuve que sacarle las llaves del bolsillo trasero y abrir el maletero, metimos dos maletas en el maletero y las otras dos maletas con el bolso, las tuvimos que meter en los asientos traseros, Nick le dio algo de propina al joven por ayudarme no sin antes haberle agradecido, luego nos adentramos al auto y nos fuimos.
Él iba manejando, los globos con el letrero, las dejé en los asientos de atrás arriba de mis cosas, mientras que las rosas las tenía conmigo, las veía y las olía, olían muy bien.
—¿Te gustaron? —me preguntó sonriente, yo lo miré muy alegre.
—Me encantaron. —Estaba enamorada de él, en serio—. Pero te conozco desde que éramos pequeños Stone... ¿quién te ayudó? —pregunté algo divertida, pues lo conozco, él no es así de romántico.
—Pues nadie me ayudó, me nació de corazón, estoy loco por ti y simplemente quería conquistarte. —Me sonrió.
—Me conquistas siendo tú, pero ya en serio... ¿quién te ayudo? —repito nuevamente y él suspiró.
—Nadie nena, en serio todo fue idea mía. —Lo miré algo insegura, pero no puedo hacer más nada que solo creerle.
—Esta bien... ¿cómo te va en la banda? —pregunté mientras miraba al frente, viendo las calles, la hermosura de Los Ángeles.