CAPITULO 13 “El Agua de la creación.”

1385 Words
    (DICIEMBRE 22, 2016, BILLINGS, MONTANA) (Steve Rogers/Capitán América)               Algo me despierta y cuando busco me doy cuenta de que Anubis está en su forma humanoide y me indica que lo siga. Yo con cuidado me levanto de la cama, tratando de no despertar a Ahmanet, quien está profundamente dormida. Salgo de la habitación y sigo a Anubis hasta la sala, veo la hora y son poco más de las tres de la tarde.               Cuando llego a su lado le pregunto. -Que sucede Anubis, hay algún peligro? -Humano, tú eres el amado de mi señora y hermana y me he dado cuenta de que están más unidos de lo que creía, es por eso que he tomado una decisión, tú debes ser quien la proteja si por algún motivo yo no estoy, no estoy diciendo que me vaya a ir o que algo pueda matarme, soy inmortal, pero si ella me ordena algo y no puedo estar a su lado, eres tú quien deberá protegerla, sin ti ella podría perder su equilibrio y eso es tan peligroso o mucho más que cualquier peligro que pueda enfrentar. Ella es mil veces más poderosa de lo que cree, pero no ha necesitado sacar todo su poder, y como dije he tomado una decisión que te afecta, así que dime, la amas como para cuidarla por siempre? -Anubis soy un simple mortal, al que mejoraron con un experimento, pero no soy inmortal, solo estuve atrapado en el hielo, congelado por más de sesenta años y si la amo y la cuidare tanto tiempo como mi vida como mortal me lo permita, no debes dudar de mi palabra. -Bien, eso era lo que deseaba saber, ahora bebe el contenido de esta copa, pero ten en cuenta que si lo que has dicho es al menos mínimamente mentira, morirás. -Anubis con respecto a mi amor por Ahmanet, tu hermana y señora, no miento.- dije y tome la copa que me ofrecía y la bebí de un solo trago.               No era más que agua, se sentía fría, muy fría, al terminar le devolví la copa para que viera que estaba vacía, al tomar Anubis la copa, le escuche decir algo que no entendí. -nga ang pagbag-o mahimo (que se haga el cambio).               No sé qué fue lo que paso pero casi inmediatamente que Anubis dijera eso, comencé a sentir como mi cuerpo ardía, como si me estuviera quemando desde dentro, caí al suelo retorciéndome del dolor y cerré los ojos, no quería ver el fuego consumiendo mi cuerpo, pero el dolor es muy intenso y por algún motivo no puedo emitir sonido alguno, eso está bien, no quiero que Ahmanet se despierte y vea como su hermano y guardián me ha asesinado solo para protegerla.               Pero abro los ojos y allí esta ella, en la puerta de la sala que da al corredor que lleva a las habitaciones. Veo miedo en sus ojos así que no aparto la mirada a pesar de que solo quiero morir por lo intenso del dolor. -ANUBIS, QUE ES LO QUE SUCEDE? PORQUE STEVE ESTA SUFRIENDO, QUE HAS HECHO?- la escucho gritar mientras se acerca veo como su cuerpo comienza a brillar, esta alterada y mucho. Trato de hablarle, de despedirme de ella, pero no logro hacer salir una sola palabra de mi boca. -Ahmanet, señora y hermana mía, he hecho lo único que podía hacer, para asegurar tu tranquilidad y equilibrio. -Matarlo, eso crees que me dará tranquilidad y equilibrio?- la escucho preguntar mientras veo las lágrimas correr por sus mejillas. Yo solo puedo escuchar su conversación mientras siento como mi cuerpo arde y queda paralizado, pues ahora ya no puedo ni moverme. -Él no está muriendo Ahmanet, está cambiando, he cometido un crimen imperdonable, pero aceptare mi castigo si con eso tu eres feliz. -Anubis que has hecho?- -Hermana, le he dado el agua de la creación. -QUE HAS HECHO, QUE? -Lo que escuchaste, él está cambiando, sé que ningún humano lo habría resistido, pero él no es un humano cualquiera, es un humano especial, no importa como logro serlo, el caso es que sé que aun cuando sufra él lo resistirá y sobre todo lo protege tu amor, él es el dueño de tu corazón princesa, así como tú eres la dueña del suyo. -Anubis, cuánta agua le diste, sabes bién que una sola gota es capaz de apagar los fuegos del inframundo, dime que solo le diste una gota. -Lamento decirlo, pero no, le di todo el contenido de esta copa. -Pero Anubis sabes que eso podría matarlo, cómo pudiste hacerlo, sabiendo que lo amo, soy capaz de sacrificar mi vida y mi felicidad por él.- escucharla decir eso me hace amarla aún más y trato de luchar contra lo que me paraliza, ahora siento como mi cuerpo se congela y no quiero, no quiero volver a quedar congelado en el tiempo, quiero vivir por ella, con ella y con mi hija.               No sé qué es lo que me pasa, primero sentía que me incendiaba y ahora que me congelo y cada vez sus voces me llegan de muy lejos y aun antes de perder el conocimiento y quedar congelado por siempre, escuche -Lo se Ahmanet y fue por ese motivo que lo hice, sé que sobrevivirá y al completarse el cambio él deberá aprender a controlarse, pues ya no será un supersoldado, como lo llaman, será uno de nosotros. Así nada le pasara y podrán estar juntos por siempre. -Anubis sabes que podrían castigarte, verdad? -Lo se Ahmanet, y gustoso pagare el castigo que los dioses me impongan, si con eso logro tu paz y felicidad. -Gracias Anubis, sabes que yo te protegeré de ellos, abogare ante mi abuelo por ti y si es necesario lo hare ante el bisabuelo Ptha. -Ahmanet, nunca nadie ha logrado ver o siquiera alcanzar a Ptha. -Pero él nos ve, él es la vida y la muerte, él es tiempo mismo Anubis, él lo ve todo. -Pues espero que si llega el momento él te escuche, aun así estoy dispuesto a sufrir el castigo que me impongan los dioses, con tal de lograr tu tranquilidad y tu equilibrio y sobre todo que mi sobrina tenga a su padre, bien sabes que ninguno de nosotros tuvo la atención de nuestros padres, pues desde el nacimiento se nos dieron obligaciones que cumplir; sé que él no será como nuestros padres, él es diferente, estará ahí para Thýa y para ti en todo momento, serán el centro de su universo, sin importar dónde o cuando estén. -Nuevamente gracias Anubis y tú no solo serás mi guardián, sino también el de Thýa.- aun cuando perdí el conocimiento o mejor dicho caí en un hoyo n***o sin fin, escuchaba sus voces muy lejanas y a pesar de que los escuchaba no lograba entender bien lo que decían, eran solo un susurro, no comprendí nada hasta que escuche una voz. -Quien eres tú? -Soy Steve Grant Rogers y tu quien eres -Soy el dador de vida, Ptha el señor de todo, soy la vida, soy la muerte, soy el tiempo mismo. -Cómo puedo hablar, estoy congelado. -No lo estas, te dieron a beber el agua de la creación, no estas muriendo tampoco, uno de mis descendientes te ha hecho uno más de mis hijos y si he escuchado bien, tu estas atado a la guardiana, yo a ella, la hice más poderosa de los que todos creen,  yo permití su creación y le di el infinito al completo. -No entiendo. -Pronto lo harás, todos lo harán. -Que me sucede? -Estas cambiando, no solo serás casi un neter, serás más fuerte, más veloz, tus sentidos se verán incrementados al máximo, ahora eres casi uno de ellos. Debes tomar conciencia de tu nuevo yo, así que concéntrate y vuelve a ella, cuídala y dile que su suplica ha sido concedida, él esta perdonado. -Se lo diré.- le digo y siento como vuelvo a caer, pero esta vez algo me jala por un hoyo n***o y es cuando todo lo que dicen golpea mi mente, lo comprendo todo.               Anubis me ha dado el agua de la creación, me ha convertido casi en un neter,  para que cuide de mi mujer y de mi hija y así lo hare, no dejare que nadie les haga daño.                 
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