Graciela —Gracias por traerme —digo bajándome de la moto con dificultad. Me saco el casco y lo dejo en sus manos, implorando mentalmente que las palpitaciones de mi corazón se sosieguen. ¡Viajar en moto con este gringo sensual ha sido increíble! No… no creí que pudiera sentirme tan segura junto a él y al mismo tiempo, tan osada. Lucas se me queda mirando intensamente con sus grandes, azules y profundos ojos, siento cómo sin querer el color de mis mejillas se intensifica… yneso que venía pálida por el viento frío que azotaba en mi cara. ¿Y ahora qué hago? Dijo que quería hablar conmigo… ¿y si me hago la tonta y salgo corriendo? "No Graz, si haces eso querrás huir de él toda la vida. Vamos, que sería un fiasco; no eres muy ágil que digamos" —Gracias por dejarme traerte —responde son