Capítulo 6 Un orgasmo y luego otro.

1641 Words
Capítulo 6 Un orgasmo y luego otro. Al escuchar las palabras de Lola, Tonio las interpretó, por lo que eran, una clara invitación a probarla allí, en ese sitio tan privado para cualquiera que ahora ella estaba sirviendo en bandeja para él. Se inclinó un poco sobre la cama y tomó la cinturilla de los pantalones de dormir de Lola, estirando de ellos hasta hacerlos descender por sus largas piernas, para luego quitárselos, una vez, que estos llegaron a sus pies. Decir que ella era sumamente preciosa y muy sensual, era quedarse corto. Tonio sintió su cuerpo tensarse y ponerse nuevamente duro al verla, vestida únicamente con su pequeña tanga, la cual le quedaba magnífica. Era una diosa caída desde los mismísimos cielos y estaba justo allí para él, para que se la comiera entera. —Eres un pecado… Qué suerte que hoy tengo muchas ganas de irme al infierno —dijo Tonio, con una voz cargada de una gran insinuación s****l que no pasó desapercibida para ella en lo más mínimo. Sonriendo diabólicamente luego de escucharlo, ella no pudo guardarse la respuesta que tenía para él: —Pues comete este pecado y deja que te llevé al infierno… lentamente… —Acompañó sus palabras de un suave, pero a la vez, duro movimiento circular de su mano derecha en la unión entre sus piernas, justo encima de su húmedo y apetitoso coñito, que rogaba por ser devorado por él en su totalidad. Su interior pulsaba, ansiando una nueva liberación que sabía que esta vez solo Tonio podría lograr, pues su cuerpo lo quería a él y nada lo calmaría si no lo tenía. Estaba segura de que aunque lo intentara, no lograría correrse sin que la boca de él estuviera sobre ella, besándola y chupándola con un desenfreno parecido al que ella había sentido al probarlo a él. —Mmm… Ella solo se pudo permitir gemir una vez, antes de que Tonio le apartara la mano de su entrepierna, de forma brusca, para ser él mismo el que la acariciaba allí. Fue sutil al inicio, solo haciendo por unos segundos pequeños círculos sobre su clítoris con dos dedos, para después descender hasta su entrada, la cual ya había mojado la entrepierna de su ropa interior, tentándola allí también con sus caricias. Luego empezó a repartir suaves besos por todo el lugar encima de la tela, causándole cosquillas y placer a la vez. Iba de arriba hacia abajo, besándola, antes de apartar la tanga a un lado y empezar a lamerla como si fuera su cono de helado favorito a punto de derretirse. —Aah… ¡Tonio! Sí, así… Mmm… —gimió Lola, sujetando a Tonio de su hermoso cabello rojizo, jalándolo con fuerza hacia su zona más necesitada en este momento, queriendo aún un mayor contacto, una mayor intensidad. —Shh… Déjame demostrarte lo bien que yo también te puedo hacer sentir con mi boca, pequeña—pidió Tonio, sus palabras sonaban casi un ruego en sí mismas. Él, le quería devolver el favor, pues ella lo había llevado al cielo con su boca y sus manos, corriéndose como nunca antes lo había hecho; no se quedaría atrás, ella también se correría, fuerte y duro. —Devórame, Tonio. Aah… Soy toda tuya… Aah… —gimió ella y gritó, ya que Tonio, al tener su visto bueno, se sumergió en su tarea, ofreciendo su máximo esfuerzo y habilidad. Pasó la lengua por entre sus labios vaginales, los cuales se abrieron para él, gustosos de semejante caricia. Succionó su clítoris con fuerza dentro de su boca y se permitió apretarle los pechos mientras lo hacía, haciéndola encorvarse, levantando su espalda del colchón—. Aah… Tonio… Más… Él obviamente le dio lo que ella pidió; chupando, lamiendo y succionando con aún más esmero, dejando a esa hermosa, caliente y jugosa zona un tanto enrojecida, logrando con esto que ella empezara convulsionar en su boca, corriéndose magistralmente. Sin embargo, esto no fue suficiente para él, estaba más que seguro de que podía hacerla correrse otra vez, por lo que siguió con su trabajo sin detenerse. —Aaah… Tonio… ya… —dijo, tartamudeando ligeramente—. Es suficiente. ¡Para! —Córrete otra vez… para mí… —Él solo se detuvo mientras ordenaba, un instante después la volvió a lamer, por lo que Lola, viendo que no iba a parar, lo dejó continuar. Total, ella sí que estaba disfrutando de la sensación que su lengua y su boca le estaban proporcionando. Tonio tomó ambos pliegues con sus pulgares, abriéndola lo suficiente, para que su lengua pudiera adentrarse en su interior sin tantos miramientos. La penetró con su lengua en rápidas estocadas, que la hicieron poner los ojos en blanco y gritar de placer por toda la habitación: —Aah… Aah… Aah… ¡Tonio! Sintiendo que ya estaba otra vez cerca de un orgasmo, Lola se agarró uno de sus senos, apretándolo con su mano, amasándolo, mientras su otra mano continuaba jalando el cabello de Tonio, manteniéndolo en el lugar. Él estaba suministrándole tanto placer que era increíble para ella lo que estaba experimentando. Su cuerpo temblaba y temblaba, pero Tonio trataba de mantenerla quieta para que él pudiera trabajar en ella. —¡Estoy cerca! —le avisó ella y Tonio trató de hacerla explotar de inmediato, succionando su clítoris con su boca e insertando dos de sus dedos en la v****a de Lola, quien les dio la bienvenida perfectamente. —¡Aaaah…! —gritó ella, corriéndose fuertemente unos segundos después al sentir como esos dos intrépidos dedos se frotaban en círculos sobre su punto G. Sumado esto, a la succión de su clítoris, no fue raro que todo su cuerpo convulsionara y que su v****a explorara, dejando escapar miles de gotas de néctar en todas direcciones, mojando a Tonio. —¡Mierda! —dijo Lola, después de unos segundos, cuando estaba volviendo a la normalidad, bajándose de la nube en la que Tonio la había dejado. Estirando un poco el cabello de él, Lola hizo que este al fin sacara la cabeza de entre sus piernas, lugar donde seguía metido luego de hacerla correrse por segunda vez. —Ya, Tonio. Ya me dejaste seca… —Expresó con una gran sonrisa, provocando una fuerte carcajada de él. —Me alegro de que te haya gustado —dijo Tonio, con el pecho hinchado de orgullo al ver como la había dejado de agotada. —¿Gustado? —preguntó con ironía—. Esa no es suficiente descripción para lo que me has hecho experimentar, Tonio —expuso ella, pues era la verdad. Jamás había sentido nada igual y era justo que se lo dijera—. Nunca me han hecho sentir nada igual. Cuando ella terminó de hablar, pudo ver como él estaba más que contento por sus palabras, se ve que estas habían alimentado el ego masculino en él. Esto a ella no le molesto, más bien le pareció algo chistoso, pues nunca se lo hubiera imaginado de esa forma. Después de unos segundos, ambos se quedaron mirando sin saber muy bien que decir, por lo que ella, luego de sentirse un poco incómoda, decidió romper el tenso momento. —¿Quieres acostarte conmigo un rato? —preguntó Lola, mirándolo a los ojos para ver su reacción. Pensaba que él solo se iría de la habitación, dejándola sola si se sentía demasiado culpable, pero por suerte, Tonio se acostó a su lado. No parecía importarle el que estaba casi desnudo, solo cubierto por los pantalones, ni que Lola, por su parte, sí estuviera desnuda totalmente. No fue incómodo para ellos de ninguna manera cuando Tonio la abrazó por la espalda, llevándola contra su trabajado pecho y acomodándola allí. —¿Te arrepientes de lo que hicimos? —preguntó Tonio después de unos minutos. Ya ambos estaban relajados, pero en silencio, mientras procesaban toda la situación. —¿Hmm…? —preguntó conmocionada, levantando la cabeza de su pecho y volteándose ligeramente para verlo a la cara—. ¡No! No lo hago. —Negó con la cabeza con fuerza, mientras hablaba— ¡Me gustó mucho lo que pasó! —Me alegra que no te arrepientas, porque yo tampoco me arrepiento —dijo él, mientras depositaba un beso en la parte trasera del cuello de Lola, haciéndola sentir miles de mariposas en todo el cuerpo. Más tarde ese día, cuando ambos salieron del cuarto, quisieron actuar como si nada hubiera cambiado; sin embargo, había pequeños momentos que los hacían darse cuenta de que ya no era lo mismo. Algunos roses y caricias nada fraternales se hicieron presentes durante la tarde y la noche, las cuales causaron que cuando era momento de dormir, Tonio decidiera presentarse en el cuarto de ella y pedirle dormir allí. —Claro, ven —dijo Lola, sonriendo mientras golpeaba su palma contra el colchón, invitándolo a la cama con ella. Tonio no fue ni lerdo ni perezoso, ya que un segundo después estaba debajo de las sabanas, tapado y arrimándose al cuerpo de ella para envolverla entre sus brazos. —Mmm… Esto se siente muy bien —expresó, aspirando el aroma del cabello de ella. —La verdad si se siente bien —Sonrió Lola al hablar, moviendo su trasero contra la gran dureza que empezaba a aumentar de tamaño. —Mmm… Quédate quieta, pequeña. Solo quiero abrazarte —pidió Tonio poniendo una mano sobre su cadera, sujetándola para evitar que lo siguiera tentando con su trasero. Ella, al ver lo serio que estaba él en ese momento, decidió no jugar más. —Ok, vamos a dormir —Estuvo de acuerdo—. Pero antes bésame —rogó, acercando sus labios a los de él. Tonio no dijo más nada, solo la devoró por completo con su boca, haciéndola sentir tan bien que se durmió con una sonrisa en los labios.
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