Hermanos [+18]

Capítulo 7 Compras, coqueteo y celos.

Capítulo 7

Compras, coqueteo y celos.

Al día siguiente, Tonio y Lola se despertaron abrazados. El sol les golpeaba en el rostro, ya casi a media mañana, haciéndolos moverse entre sueños. El roce de sus cuerpos acurrucados provocó que, entre leves gemidos, terminaran por abrir los ojos, encontrándose con el rostro del otro. Por un segundo, cuando ambos se miraron a los ojos, se quedaron totalmente quietos, evaluando el ambiente y quién era la persona que estaba a su lado. Luego de un segundo, ambos parecieron recordar todo lo que había sucedido el día anterior entre ellos.

—Hola, pequeña —dijo Tonio con una pequeña sonrisa en su rostro, la cual intentaba ser lo más normal posible.

—Hola, guapo —respondió ella, un poco más cómoda que él con la situación, abrazándose contra su fuerte pecho desnudo—. Mmm… Que bien se siente, Tonio. —Lo acarició con su rostro, a la vez que gemía.

Tonio se rio un poco de ella, quien parecía un pequeño gatito ronroneando mientras se acariciaba contra alguna superficie.

—¿Estamos bien? —preguntó Tonio, luego de que su risa muriera, queriendo saber como iban a seguir adelante, después de lo que habían hecho.

—Estamos bien… —dijo Lola, levantando la cabeza de su pecho y mirándolo a los ojos—, ...más que bien, diría yo. —Estiró un poco su cuello, llegando a sus labios para besarlo intensamente.

—Mmm… —gimió Tonio, queriendo ir más lejos de lo que ya lo habían hecho, pero sabía que no podían; no hasta saber si ambos estaban dispuestos a todo por esto que estaba surgiendo entre ellos—. Deberíamos levantarnos. —Se separó de sus labios y se levantó de la cama.

Aunque para Lola, esta no era la mejor idea que Tonio hubiera tenido, decidió hacerle caso y levantarse de la cama con él, puesto que vio la seriedad con la que le hablaba. Era obvio que había algo que le molestaba, pero no quería sacar el tema todavía, por lo que ella no lo iba a obligar a hablar. Lo conocía lo suficiente como para saber que, nada saldría de su boca, si no era algo para lo que él estuviera listo.

Un rato después, ambos estaban en la cocina tratando de hacer entre los dos el desayuno. Aunque a Tonio no se le daba muy bien esto de cocinar, se las apañaba un poco, por lo que en verdad fue de bastante ayuda para Lola. Cuando terminaron de desayunar decidieron ir juntos al mercado para hacer las compras semanales, pues faltaban bastantes cosas en la lacena.

En el momento en que ambos estuvieron listos para salir, salieron del departamento y bajaron por el ascensor. Ya afuera, se subieron al auto y Tonio los llevó hasta el mercado más próximo, al que iban con regularidad, aunque para llegar a este tardaban casi diez minutos. El lugar era inmenso y estaba bastante llano al ser domingo.

Cuando tuvieron todo lo que necesitaban, fueron a la caja y pagaron sus compras. No pasó desapercibido para Lola el cómo la cajera miraba fijamente a Tonio y era super atenta con él. Incluso pudo observar como esta tocaba “por casualidad” la mano de él al darle el vuelto, lo que la enojó bastante y la llevó a actuar como una novia tóxica. Era muy consciente de que ellos no eran pareja; sin embargo, eso no le importaba, pues pensaba que tenía todo el derecho de actuar como tal debido a lo que había pasado entre ellos el día anterior.

No se iba a permitir comer el mandado justo en frente de sus narices, por lo que antes de alejarse le dijo a la cajera:

—Oh, casi lo olvidaba. —La miró fijamente a los ojos—. Dame una caja de preservativos, por favor.

La cajera casi se atraganta al escuchar a Lola pedir los preservativos, pues no se esperaba que ellos dos fueran pareja, ya que nunca habían actuado como tal, razón por la que hoy había decidido coquetearle descaradamente a Tonio, por el hecho de que creyó que ellos dos eran hermanos. Tonio, por su lado, miró a Lola a los ojos, sorprendido por su petición, pero no dijo nada al respecto, solo se limitó a observar la interacción entre las dos mujeres.

—¿De… cuál quieres? —preguntó la cajera apuntando hacia donde estaban las diferentes cajas, con una ligera sonrisa en los labios, queriendo aliviar un poco la tensión en el ambiente.

—¿Quieres texturados o comunes, cariño? —inquirió Lola, mirándolo a los ojos con un leve tintineo.

—De los comunes, sabor fresa —dijo Tonio, al mirar a la cajera, colocando un brazo alrededor de la cintura de Lola, acercándola más a él.

Al terminar de comprar los preservativos, ambos salieron de la tienda con una sonrisa en sus caras y las bolsas en sus manos. Se dirigieron al estacionamiento y al llegar al auto, pusieron las compras en la cajuela y luego se subieron, listos para regresar al departamento. Sin embargo, Tonio quería saber qué demonios había pasado:

—¿Qué fue eso? —preguntó riéndose un poco.

—¡Te estaba coqueteando! —soltó Lola, como si eso fuera suficiente explicación.

—¿Y marcaste tu territorio?

—¡Demonios, sí! —le gritó ella, mientras levantaba las manos de forma exasperada.

Tonio, más que sentirse enojado por su accionar, estaba sorprendentemente complacido y feliz. Esto le demostraba que ella estaba lo suficientemente interesada por él como para sentirse celosa, por lo que no pudo ocultar la satisfacción que sentía. Ese sentimiento no pasó desapercibido para ella, quien de golpe se arrojó sobre él, montándolo a ahorcajadas sobre su regazo.

—Ya déjate de burlar de mí y bésame —dijo simplemente antes de besarlo en la boca, callando cualquier cosa que él tuviera para decir.

La lengua de Lola empezó a acariciar los labios de él, quien pronto, con gran deleite, le permitió la entrada en su boca. Enredaron sus lenguas, una con la otra, batallando entre ellos, gimiendo audiblemente mientras el calor los inundaba. Las manos de Lola estaban enredadas en el cabello de él, mientras que Tonio la tenía bien sujeta de las nalgas, apretándoselas con fuerza.

Al soltar la boca de ella, Tonio empezó a besarla en el cuello, pasando la lengua por allí, haciéndola retorcerse en su regazo, lo que a él le dio mucho placer.

—Gira las caderas, Lola —pidió Tonio queriendo volver a sentirla—. Quiero sentirte moviéndote sobre mi m*****o.

—Yo quiero sentirlo dentro mío, entrando y saliendo de mí con fuerza, Tonio. ¡Aah…!

Lola giró las caderas, causando en ambos el placer que tanto anhelaban. Era muy bueno, pero Tonio sintió que necesitaba un poco más, por lo que usando sus manos sobre las nalgas de ella, hizo que Lola se empezara a mover de adelante hacia atrás con fuerza, creando una intensa fricción, que los estaba llevando a ambos al punto de explotar solo por un poco de roce en seco.

Antes de que él se corriera, la hizo detenerse abruptamente, ya que pensaba que era mejor continuar lo que estaban haciendo en la seguridad del departamento, puesto que allí cualquiera podía verlos si se acercaban lo suficiente al vehículo.

—Vayamos a casa y continuemos allí —ordenó Tonio. Su voz sonaba tensa y peligrosa, pero no causo miedo en Lola de ninguna manera, al contrario, había gran anticipación dentro de ella al pensar en lo que Tonio le podría hacer al llegar. Quería con toda su alma cabalgar sobre su enorme pene, mientras este le tocaba hasta el final de su v****a, que la boca se le hacía agua solo de imaginarse en esa escena.

Cuando Tonio arrancó el vehículo, Lola parecía que se quedaría quieta durante todo el viaje, no obstante ella no era una niña buena y obediente. Era caprichosa y si quería algo lo conseguía, por lo que nada la alejaría del m*****o de él. Tal vez no tendría sexo con Tonio mientras él conducía, pero había otras cosas que podría hacer en la desierta calle que los llevaba hacia el departamento.

Lola se giró sobre su asiento para poder ver su perfil al conducir, Tonio estaba serio y tenía el ceño fruncido por lo que ella decidió avanzar. Se inclinó llegando a su oído y habló allí con voz suave y coqueta:

—Déjame hacerte sentir bien, Tonio. —Besó el lóbulo de su oreja al terminar, causando en el cuerpo de Tonio una gran corriente eléctrica.

—Lola… Mmm… —gimió al sentir como ella pasaba la lengua por su lóbulo, antes de succionarlo dentro de su boca—. ¿Qué haces, pequeña?

—Te hago sentir bien —dijo mientras colocaba una mano sobre su entrepierna, frotando su m*****o hinchado y adolorido sobre la tela.

Rápidamente, Lola estaba abriendo los pantalones y sacando su m*****o, sin importarle el que era plano día y que él conducía. Lo sujetó con firmeza dentro de su puño y empezó a masturbarlo con movimientos lentos y pausados, que lo hacían apretar el volante con sus manos.

—Detente… —rogó Tonio mientras trataba de concentrar su vista en el camino—. ...vas a hacer que tengamos un accidente.

—No Tonio, no puedes chocar. ¿Cómo le explicarías a nuestros padres que chocaste mientras yo tenía la boca sobre tu m*****o?

—No tienes la boca sobre mí… ¡Aaah…! —gimió Tonio audiblemente, causando una gran sonrisa en Lola.

—¿Decías algo? —preguntó ella al alejar su boca del duro m*****o de Tonio, el cual no había dudado ni un segundo antes meterse a la boca, cuando escucho que él negaba que ella lo estuviera chupando.

—Nada… Solo chúpamela —ordenó Tonio enredando una mano en su suave cabello rubio, empujándola hacia abajo para que lo tomara en su boca nuevamente.

—Mmm… —gimió ella para luego atragantarse un poco con semejante tamaño dentro suyo.

La saliva caía por las comisuras de la boca de Lola, mientras trataba de hacerlo entrar lo más posible golpeando en el fondo de su garganta en repetidas ocasiones. Con una gran sacudida de caderas, Tonio se corrió en la caliente boca de ella, soltando todo el esperma que venía aguantando, el cual Lola, se tragó con felicidad.

—Buena niña —dijo Tonio, al verla levantar la cabeza, abriendo la boca y sacando la lengua. Demostrando así que se había tomado toda la lechita, sin dejar desperdiciar una sola gota.

Para entonces, estaban a solo una cuadra del edificio en el que vivían, por lo que luego de esa demostración, Lola lo ayudó a guardar su m*****o, menos duro ahora, dentro de los pantalones, pues no quería que por casualidad alguna persona, en la calle, lo viera con los pantalones abiertos y el pene afuera. Ella era la única que podía verlo así de ahora en adelante, aunque él todavía, no estaba enterado de esto.