Capítulo 10 Limpia y satisfecha.

1493 Words
Capítulo 10 Limpia y satisfecha. La mañana por fin llegó y el sol golpeó los rostros de Tonio y de Lola justo cuando las alarmas de ellos empezaron a sonar, dándoles el aviso de que tenían que despertarse para ir a la universidad. —Mmm… ¿Tonio? —habló Lola para saber si él estaba despierto. —¿Sí? —preguntó él, más dormido que despierto. —Tienes que soltarme para que me pueda levantar —explicó ella, mientras seguía apresada por sus fuertes brazos. —Ok, ya te dejo levantarte. Pero antes, ven y dame un beso. No tuvo que pedirlo otra vez, puesto que Lola de inmediato fue a besarlo con mucha pasión. Enredó su lengua con la de él y apretó sus senos con el musculoso pecho de Tonio, mientras era abrazada por la cintura con fuerza. Como ambos estaban desnudos, Tonio pudo sentir de inmediato como los pezones de Lola se pusieron duros como piedras contra él. —Aah… Hay que levantarnos, Tonio —dijo Lola, su respiración empezaba a volverse trabajosa. —Todavía hay tiempo, es temprano —trató de convencerla Tonio. Sus intenciones más que claras, pero a Lola, no la convencieron. —¡No! Suéltame; me voy a bañar. Con un puchero, Tonio terminó soltándola y permitiéndole levantarse. Mientras él permaneció acostado, tapado solo con una sábana, pudo observar completamente embobado como ella se marchaba, desnuda, de la habitación rumbo al baño. No pudo evitar levantar una ceja mientras la veía, excitándose rápidamente al ver su hermoso trasero al desaparecer por la puerta. —Tú te lo buscaste, pequeña —susurró en la soledad de la habitación y salió casi volando de la cama, con una meta que cumplir. Sin preocuparse por tapar su desnudez, al igual que Lola, se dirigió al baño, empujando la puerta, ya que solo estaba arrimada, viendo a través de la mampara de vidrio el cuerpo que lo estaba atormentando tanto en sueños como en la realidad. Ella ya estaba debajo del agua caliente, lavando su cabello con los ojos cerrados, por lo que Tonio se acercó a ella en silencio y la tomó por sorpresa, sujetándola de la cintura, asustándola en el proceso. —¡Oh, por dios, Tonio! —gritó Lola cuando se volteó asustada y abrió los ojos, viéndolo detrás de ella con una sonrisa de suficiencia estampada en el rostro—. ¿Qué haces aquí? —Shh… Tú sigue lavando tu cabello que yo me encargo de aquí —dijo Tonio mientras bajaba una de sus manos de la cintura de Lola, acariciando una de sus nalgas para luego apretarla con fuerza y darle una nalgada. El ruido de esta, gracias al agua, se intensificó exponencialmente, retumbando en toda la ducha con fuerza. A Lola, esta nalgada, lejos de enojarle, le excitó de sobre manera haciendo que su interior se humedeciera con mucha rapidez al sentirla, lubricando toda su v****a con intensidad. —Ok, tú encárgate de… Aah… … De allí —dijo Lola, tratando de no sonar tan afectada como se sentía, dejándose hacer, tratando de continuar con el lavado de su cabello. Sintiéndose muy feliz de tener su aprobación, Tonio tomó un poco de jabón líquido poniéndolo en su mano para luego de frotarlo, creando algo de espuma, pasarlo sin un poco de vergüenza por entre las piernas de ella. —¡Aaah…! —gimió Lola al sentir el primer contacto de su mano en su entrepierna. Incluso terminó mordiéndose los labios para acallar lo que él le provocaba. —Tranquila, pequeña —dijo Tonio sonriendo al ver su reacción por un simple toque—. Voy a lavarte muy bien. —Depositó un beso en el húmedo hombro de la joven que lo volvía loco, antes de mordérselo con ligera presión. La mano de Tonio estaba algo fría todavía, por lo que creo un contraste exquisito mientras masajeaba toda esa zona calentita. Sus labios vaginales ya estaba abriéndose por sí solos, para darle el acceso a su entrada sin ningún tipo de restricción. Aprovechándose de donde estaba metida su mano, Tonio se dio el lujo de poder empezar a frotarle el clítoris en círculos e incluso un momento después, sintiendo la humedad que salía de ella, metió un dedo en su interior. Ella, lejos de alejarlo, empezó a rotar las caderas por su cuenta, creando una presión aún mayor a la que él le estaba poniendo. Ya cuando Lola terminó de lavarse el cabello, sacando toda la espuma que había en ella, se dio la vuelta y comenzó a besarlo pasando la lengua por los labios de él hasta que Tonio le dio acceso a su interior. Ella se sumergió de inmediato ahí, creando una danza perfecta con la lengua de él, quien se movió con perfecta sincronía. Ambos acariciaron el cuerpo del otro con total de frenesí, olvidándose incluso de que no tendrían que estar haciendo esto, pues llegarían tarde a la universidad, sin embargo, ahora había cosas más importantes como lo era el saciar el deseo que entre ellos había surgido. Después, Tonio alejó su boca de Lola y se inclinó un poco hacia abajo para poder llegar a sus senos, a los cuales apretó con fuerza con ambas manos y empezó a lamer uno por uno antes de succionarlos. De inmediato hizo que Lola gritara y tirara su cabeza para atrás con deleite, dejando salir algo del deseo que se estaba creando dentro de ella. Cuando Tonio volvió a su boca, Lola lo besó ligeramente antes de ir bajando poco a poco. Primero beso su cuello en diferentes lugares, luego su pecho, mientras dejaba salir su lengua pasándola por sus pectorales e incluso lamió uno de sus pezones. Se tuvo que sujetar de las caderas de él para poder arrodillarse en el suelo de la ducha y así besar su estómago, permitiéndose ir bajando cada vez más hasta que solamente tuvo que abrir la boca para introducir su m*****o dentro de ella. Succionó primero la punta de su pene, mientras hacía pequeños vaivenes con la cabeza, de adelante hacia atrás, haciendo que Tonio pusiera los ojos en blanco por el placer que experimentaba. Luego, Lola tuvo que soltar sus caderas para, con una mano, agarrar su m*****o y con la otra sus testículos. La mano que tenía su pene fue movida de arriba hacia abajo por todo el tronco, mientras la giraba lentamente con una pequeña rotación de su muñeca que era acompañada con un poco más de presión. Por otro lado, la mano que tenía en sus testículos, los acariciaba y los apretaba deliciosamente como ninguna otra mujer había hecho con él, lo que lo ponía mil veces más caliente, pues su pequeña era mucho más atrevida y desinhibida a la hora del sexo que cualquiera. Tonio, en este momento, se dejaba hacer mientras soltaba gemidos y tiraba la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Al menos por un tiempo, hasta que sintió que estaba cerca de correrse y la hizo alejarse de su m*****o para que luego se parara. La colocó contra la mampara de vidrio, todo su frente apoyado contra la superficie, apretando sus senos contra ella, mientras que él aprovechaba la posición y se arrodillaba detrás de ella, poniendo su boca al alcance de su trasero. Besó y apretujó sus nalgas de una por una, mientras pasaba la lengua por ellas y le daba ligeros mordiscos, hasta llegar a hundir su rostro lo suficientemente profundo para poder tocar su coño con sus labios. Metió por enfrente de ella una mano y empezó a hacer círculos sobre su clítoris. En tanto, por detrás, su lengua lamía su entrada repetidamente, saboreando sus jugos con exquisito placer. Lubricó completamente la zona antes de poder levantarse del suelo, sin siquiera pensar en nada, ni siquiera en cuidarse. Posicionó su m*****o, en la entrada de Lola, y se incrustó completamente dentro de ella. Con una mano en su nuca y la otra agarrando su cadera, Tonio entrada y salía de Lola con mucha fuerza y velocidad, haciendo que el ruido de los chapoteos del choque entre sus cuerpos, se escuchara por todo lados, incluso fuera del baño. —¡Aahh…! ¡Sí! ¡Así! Más, más… ¡Dame más, Tonio! —gritaba Lola, completamente poseída por la pasión y el desenfreno que experimentaba gracias a las contundentes embestidas que Tonio le daba. Estuvieron en esa posición por un rato más hasta que Tonio la hizo alejarse de la mampara, para colocar las manos sobre la fría pared de azulejos en la que estaba la regadera. Allí la agarró con fuerza del cuello, apretándolo bruscamente, mientras la taladraba por detrás con agonizantes embestidas. —¡Aah…! ¡Aaaah…! ¡Aaaaah…! —gritó Lola desproporcionalmente, cuando se corrió, seguida a los pocos segundos por él. —Mmm… ¡Oh, sí! ¡Así! —dejo escapar Tonio, mientras vaciaba por completo su esperma, en esa estrecha v****a, que pulsaba agónicamente a su alrededor.
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