Apenas toqué el timbre, escuché risitas de niños pequeños, y supuse que serían los dos hijos pequeños de Clooney. La puerta se abrió y un niño de aproximadamente 3 años, con los ojos bien azules y la cara idéntica a la de su padre, me observó de arriba abajo, para luego reír y abrazarme por las rodillas. -¡Ethaaaaan! – dijo el pequeño y yo me agaché a su altura –. Papiiiiiii – llamó el niño –, Ethan llegó. -Hola, pequeño – dije, enterneciéndome totalmente - ¿Cómo te llamas? -Kai – dijo y le hizo señas a su hermano pequeño para que se acercara. Un niñito de no más de 2 años apareció, chupando su dedo meñique y mirándome con curiosidad. -Y tú debes ser Klay ¿verdad? – Pregunté acercándomele y él asintió –. Soy amigo de tu padre, es un gusto, Klay – el niñito me abrazó y yo le di un beso