–No, me dijiste tu nombre– pregunté a ese caballero que me salvó de esos abusivos. El reaccionó, parecía distraído realmente no sé por qué.
–Me llamo, petter– respondió con una sonrisa que iluminaba su rostro.
–Yo me llamo Collin, es un placer– el tendió la mano y yo me acerque para estrecharla, se sentía más calida de lo normal pero no preste atención a eso.
–¿Que te parece, si paso por ti mañana para llevarte a la escuela?– pregunto el mirándome a los ojos, yo lo pensé por unos segundos y bueno, no era por aprovecharme pero esos abusivos me estarían esperando ya que, petter no los dejo terminar lo que habían comenzado, y a decir verdad este chico aparte de ser super guapo con esos extraños ojos uno verde y otro azul, su altura de 1,90 aproximadamente, su cabello n***o cuerpo fornido y piel blanca era un galán salido de telenovela. Me serviría su gran tamaño para alejar a esos abusivos. por fin respondí
–Bueno, está bien pero ¿te parece si me recoges en la próxima calle?– el se encogió de hombros, y acepto mi condición me despedí con un saludo de mano y corrí a casa. Se quedó parado allí esperando que yo cruzará la esquina para ir a mi casa.
Entre a casa pasando por el porche, que tenía unas pequeñas escaleras de madera, gire la perilla de la puerta y entré mamá estaba en la cocina preparaba la cena, olía muy bien al parecer preparaba albóndigas mis favoritas, mi estómago gruño.
Me acerque para saludarla,
– ¡Hola mamá!–
Ella volteó para verme, cortaba algunos vegetales parecía que preparaba una ensalada.
–Mi pequeña, "colle" ¿que tal tu día en la escuela?–
pregunto aún cortando vegetales. Yo me encogí de hombros y me acerque para darle un beso.
–Igual que siempre mamá, nada nuevo, solo estudios– ella sonrió pero luego su rostro cambio, me miraba de forma extraña; y me señalo en mis ojos.
– Collin ¿que le pasó a tu gafas?– Tuve que inventar una pequeña mentira, no quería decirle a mi mamá que unos abusivos las rompieron.
–Ah, si eso es que... Bueno, es una historia muy graciosa mamá.– ella resoplo y volteó los ojos esperando mi respuesta.
–Sucede que, bajando las escaleras me tropecé, y las gafas se me calleron y alguien que iba de prisa las piso fue un accidente mamá– me miró con molestia y desánimo.
– ¡Collin! ya es la tercera vez que te sucede, no puedo comprarte gafas semanalmente, sabes que nuestra situación económica no está bien.– yo bajé mi cabeza y susurré un.
–Lo siento, mamá no volverá a suceder–
Ella beso mi frente y me dijo que me cambiara de ropa y bajara a cenar. Yo subí las escaleras en dirección a mi habitación, entre directo a la ducha, quería olvidar todo lo que sucedió a excepción de mi salvador, era muy lindo.
Recuerdo haberlo visto varias veces frente a la escuela, incluso me preguntó en ocasiones si podía llevarme, pero sentía miedo así que lo rechazaba y seguía mi camino.
Termine de ducharme y decidí colocarme algo fresco para estar en casa, así que use una pijama muy cómoda que tenía dibujos de ositos. No iba a colocarme nada de otro mundo, ya que solo éramos mi madre y yo.
Me costaba mucho pensar en papá el había muerto hacía más de 3 años y luego mamá me dijo que fue un animal que lo atacó, por eso no pudieron abrir su ataúd, eso me dolió mucho ya que no pude verlo por última vez. Desde entonces mamá y yo estamos solas, y bueno a sido un poco difícil ya que la situación económica no está muy bien que digamos; mamá trabaja muy fuerte ella se graduó de enfermera y trabaja en el hospital. Muchas veces me quedo sola, pero ya me acostumbré debo ayudar a mamá lo más que pueda, aveces siento tanta ira, esos abusivos no saben que para mi mamá no es fácil comprarme gafas a cada rato.
Escuché la voz de mamá llamándome a cenar, bajé las escaleras nos sentamos en el comedor, al terminar de cenar yo recogí los platos para ir a lavarlos, mamá subió a su habitación.
Mientras limpiaba todo, sentí una extraña sensación de ser vigilada, al terminar salí por la puerta de la cocina, me dirigí a la parte trasera de la casa. No había nada solo el bosque oscuro y una brisa fría que golpeaba mi rostro.
Camine de vuelta a casa, pero nuevamente esa sensación me abordo, tuve miedo. Así que corrí para entrar a casa, nunca dejando de mirar atrás; cuando entré me conseguí de frente a mi madre dí un salto y la asusté a ella también.
–¡Collin! ¿Que diablos pasa contigo?.– me grito mi mamá llevando una mano a su pecho en señal que estaba pasando el susto. Yo abrí mis ojos muy grandes
–Lo siento, mamá es que creí haber oído algo y me asusté, pero no es nada– ella puso los ojos en blanco.
–Ten más cuidado, casi me matas de un susto.– yo cerré la puerta detrás de mí la asegure muy bien y ambas fuimos a nuestras habitaciones, ella me dió un beso nos dimos las buenas noches, y yo entre nuevamente a mi habitación.
Me recosté en mi cama, pero tenía una sensación en mi estómago ¿Nervios?.
(No seas tonta colle...) pensé mientras apagaba la luz de la lámpara, que estaba en mi mesita de noche, entonces se vino a mi cabeza esos ojos tan extraños pero que te atraían.
¡No puede ser... estaba pensando en petter! Sacudí mi cabeza para quitarlo de allí, eso no podía ser. Luego se vino a mi mente otra vez ahora eran sus labios rojos y carnosos,
no tenía que verme en un espejo para saber que la sangre se había ido a mis mejillas, me levanté de golpe y fuí a mi pequeña biblioteca, escogí un libro al azar, me recosté de nuevo para leer un poco y olvidarme de aquello que pensaba. Funcionó muy bien ya que leí y un tiempo después me quedé dormida.
Desperté, estiré mi cuerpo y me levanté de mi cama, entre al baño para darme una ducha. Luego que termine de ducharme, tome unas prendas para vestirme pero no me sentía a gusto, cambié mi ropa unas tres veces.
( Ya solo te llevará a la escuela tampoco exageres) Pensé mientras me miraba en el espejo. Me rendí así que me coloque unos jeans color n***o, un suéter con mangas color salmón y recogí mi cabello en una cola de caballo. Baje las escaleras y allí estaba mi madre preparando el desayuno, la saludé y me senté a la mesa para desayunar.
–"Colle" hoy llegaré un poco más tarde, tengo turno de noche en el hospital.– mi mamá caminaba de un lado para otro, lavaba los platos y cocinaba. Yo le sonreí y me sirvió mi comida se veía deliciosa unos huevos revueltos, tocino, pan tostado y jugo de naranja. Devoré todo en un segundo y me despedí de mamá para ir a la escuela.
Crucé en la esquina, llegué al punto de encuentro donde esperaría a petter.
Mire a los lados pero no lo ví espere unos 15 minutos, estaba a punto de ir a tomar el autobús cuando apareció en su motocicleta, yo no sabía mucho pero al parecer era una Yamaha, Era de color n***o muy bonita a decir verdad.
Se detuvo frente a mi, lo mire traía una chaqueta de cuero pegada al cuerpo que marcaba sus prominentes músculos y unos jeans negros y zapatos deportivos negros. Era tan atractivo que me sentía incómoda a su lado, le dedique una sonrisa junto con un saludo.
– Hola petter, ¿como estás?– el me examinó de arriba abajo con sus ojos y sonrío.
–Pues, no tan bien como tú.– yo me sonroje y el soltó una carcajada. Puse mis ojos en blanco y dejo de reírse.
–Bueno ¿nos vamos?.– preguntó el observándome, yo me acerque y el me dió el casco y me lo coloque. Me subí en la motocicleta y nuevamente tuve que abrazar su cintura, me sentía un poco apenada ya que sentía todo su cuerpo su abdomen era duro como roca.
Otra cosa que note nuevamente era su temperatura corporal era muy alta, pero me agradaba. El volteó para mirarme y me dedico una hermosa sonrisa sus dientes eran blancos y perfectos.
–Sujetate bien, de otro modo te caerás.– yo lo mire aterrada.
– ¿Que? ¡Es encerio!– el soltó una risa burlona, era una broma. Así que lo fulmine con la mirada el volteó ignorando mi reacción, comenzó a conducir de camino a la escuela.
Llegamos muy rápido me baje de la motocicleta y le regresé el casco. El me entrego mis libros seguido un guiño de ojo, eso me puso nerviosa y mire a la escuela para disimular.
–Paso por ti a las 5:00pm– me dijo mientras colocaba el casco en el compartimento trasero de la motocicleta.
–Yo, eh... si no es molestia.– respondí nerviosa ya que muchos nos observaban al otro lado de la calle, y murmuraban.
–Será un placer– dijo sonriendo mientras se despedía yo le devolví el saludo con la mano, y atravesé la calle para entrar a la escuela.
Cuando caminaba por los pasillos todos me miraban sorprendidos, otros hablaban cosas que no vale la pena mencionar. Lo que más me causo gracia es que escuche a una chica decir que yo me prostituía seguramente, Ignore todo eso y entre a clase de biología.
Las siguientes clases fueron lentas me sentía aburrida ¿que sucedía conmigo?. Yo no era así ¿por qué estaba tan distraída?. nuevamente me encontré pensando en el en su hermosa sonrisa, sus labios la perfección en él era irreal. Un regaño de mi profesor de ciencias me hizo bajar de esa nube en la que estaba.
–Señorita Collin, si quiere distraerse hágalo en manualidades aquí estamos en mi clase y ¡deberá prestar atención!..– estaba tan apenada que solo pude responder con un susurro.
–Si, profesor clark.– debía concentrarme para no estar más distraída, ya que de otro modo me volverían a regañar
A la hora del almuerzo fuí a la cafetería, pero justo antes de entrar estaba Stephen el chico que me molestaba, y del cual me había rescatado petter,
trate de esquivarlo para no encontrarme de frente con el, pero para mí sorpresa me ignoro y me dejó pasar a la cafetería.Tome mi charola con el almuerzo, me senté lo más apartada posible de todos pero no me di cuenta cuando se acercó alguien por detrás y me bañaron en jugo de manzana, quedé atónita pensé que era Stephen, pero al mirar quién era el causante de aquello era Mariam la novia de Stephen.
Tome una servilleta para limpiar mi cabello, ella se me acercó sonriente.
–Nerd esto es, para que sepas que con mi amor no se mete nadie.– yo estaba confundida no les había hecho nada para que me tratarán así, entonces recordé lo que me dijo petter, que me defendiera tome la charola y se la estrellé justo en la cabeza, creo que me sobrepasé entonces, ella al ver su ropa toda manchada en comida se me abalanzó. Yo me cubrí el rostro estaba encima de mi y todos a nuestro alrededor gritaban alentado a Mariam para que me golpeara. Yo como pude me voltee y quedé sobre ella, comencé a golpearla y ahora todos me alentaban a mí. Los gritos no me dejaron escuchar cuando el director Calvin entro a la cafetería, nos separó y ambas fuimos a detención. Primero entro Mariam para hablar con el director, luego yo cuando iba a entrar nos cruzamos y me susurro.
–Estás muerta zorra asquerosa.– yo la ignore y cerré la puerta detrás de mí. Estaba tan asustada era mi primera vez en detención en mis 17 años; mire al director el si que me asustaba, su rostro tenía una expresión de desaprobación. Era un hombre de unos 50 años con cabello n***o y algunas canas, sus ojos marrones y de piel morena. Me acerque entonces ordenó que me sentará.
–Señorita Collin, de acuerdo con la historia de la señorita Mariam ¿usted la golpeó con una charola en la cabeza?.– yo estaba tan molesta si, la había golpeado pero tenía mis razones.
–Si, director yo la golpeé pero...– no me dejó terminar de hablar para decirme.
–Entonces quiero que mañana mismo usted venga con su representante necesito hablar con su madre.– tenía tanta rabia, no me dejó defender decir mi historia.
–Disculpe director pero es que...– volvió a interrumpir.
–Terminamos señorita puede retirarse.–
- !De verdad! ¿no va a dejar que yo pueda defenderme?- Pensé mientras me levantaba de la silla y salía muy molesta, no encontraba justo eso. Fuí al baño para limpiar los restos de comida en mi cabello, luego salí para ir a mi última clase. Al terminar la clase de matemáticas caminé por el pasillo y todos volvían a murmurar, ahora decían que probablemente era por mi novio matón que yo tome esa actitud, a decir verdad no me importaba nada de esos rumores. Salí de la escuela y allí estaba petter esperando, al verme de lejos su rostro se tornó confundido y me señalo la ropa.
– ¡Que rayos te paso! ¿Por qué estás así?– yo no sabía que decirle.
–Bueno... sucede que tome tu consejo, me defendí y ahora mi madre tendrá que venir a detención para hablar con el director.– el apretó la mandíbula pude escuchar como se contraía y sus puños apretados.
–¿Que sucedió exactamente?– yo quería hablar pero no sé por qué se me quebró la voz y tuve que carraspear.
–Es que Mariam es novia de Stephen el chico del cual me salvaste ayer, estaba molesta y me lanzó jugo de manzana en la cabeza. Yo tomé la charola de mi almuerzo y la golpeé nos peleamos y fuimos a detención.– el frunció el seño se le veía molesto.
– ¿Que te dijo el director, le explicaste por qué hiciste eso?– yo mire en dirección a la escuela y luego a petter.
–No, no me dejó hablar solo me dijo lo que Mariam le dijo y el le creyó a ella.– el volvió a apretar los puños y se disponía para avanzar a la escuela, lo intente detener pero al tocarlo su piel me quemó.
–Petter estás ardiendo ¿estás bien?.– el me miró y luego a la escuela.
–Si solo quiero hablar con tu director, si no te escuchó a ti conmigo si tendrá que hacerlo.– yo intenté tomarle un brazo pero volví a quemarme.
–No vale la pena si, vamos por favor.– pronunciar esas palabras hizo que se detuviera y me miró, su mirada tenía algo que no sabría cómo describir. Era una sensación de protección.
–Está bien no iré, solo porque tu me lo pides.– Me sonroje tanto que sentía que mis mejillas explotarían.
–Bueno entonces vamos, si quiero ir a casa– le respondí. Camino y se subió a la motocicleta yo lo seguí me dió el casco y me subí pero tenía miedo de tocarlo y el se dió cuenta.
– ¿Que sucede?.– yo mire al suelo con algo de vergüenza.
–Es que, pareces un calefactor.– el sonrió y tomo mi mano.
–Ves ya estoy normal.–
Su mano estaba caliente, pero no tanto como hace segundos no sé pero sentir su piel era gratificante, solo quería colocar su mano en mi rostro para sentir el calor en mi cara, ignore ese pensamiento y subí a la motocicleta, me coloque el casco y el condujo para llevarme a casa, le dije que me dejara en el mismo lugar que me había recogido para evitar problemas con mi madre, ya era suficiente con decirle que debía ir a detención mañana. El se detuvo y yo bajé se quedó viéndome.
– ¿Que sucede?– dije mientras miraba mis manos y las entrelazaba, el suspiro mientras se llevaba la mano a la barbilla como si pensará algo.
– ¿Puedo pasar mañana por tí?– yo lo mire desanimada.
–No lo creo, es que tendré que ir con mamá y no estará contenta.– miró en dirección a la calle y susurro algo que no pude entender.
–Mañana no estarás en problemas te lo aseguro.–
(Que iba a hacer) Pensé mientras el encendía su motocicleta.
–¿Que quieres decir? No hagas nada por favor, no quiero más problemas.– el sonrió pero en su sonrisa había algo que me preocupaba.
–No haré nada malo tranquila, te veré mañana.– y salió a toda velocidad en su motocicleta. Yo trate de gritarle pero no sé detuvo, ¿ahora que iba a hacer? Camine muy lentamente hasta llegar a casa.