La entrevista estaba programada para las diez y media de la mañana, y sabía que tenía que dar lo mejor de mí. Aunque ya tenía el empleo, sentía que luego de esta entrevista podría ser rechazada, solo era una sensación, pero no se iba. Me levanté muy temprano, Tobías me invitó a correr con él, pero los nervios no me iban a dejar, de todos modos, acepté para ver si un poco de ejercicio hacía que me relajara, intenté tener mucho cuidado, pues hoy no era un buen día para accidentes. Mi vuelo lo tenía para mañana, a las seis de la mañana. Otra cosa que me ponía un poco nerviosa, siempre un día antes de viajar mi vida se convertía en un desastre, pero esta vez agregaba más peso el tener que verme con Candy Weber. Sonaba a una mujer importante, mayor y poderosa. Tan solo esperaba que se a