Se le había dado genial, la organización fue perfecto y la noche fue muy agradable mientras hablábamos. No podía negar que, a simple vista, Mariel Rodríguez parecía muy agradable. Menos mal que decidí esperar para nuestro encuentro mientras me nutría con conocimientos sobre el arte, porque ella sin duda era una experta. Al menos fue la que más habló, parecía un tema con el que se sentía cómoda hablando. ¿Y ahora? La invitación fue algo apresurada, pero es que el tiempo pasaba con prisa y no me gustaba sentirme estancado. Pero no había ninguna fiesta con amigos a la cual ir, tan solo lo dije porque invitarla a una cita sería muy pronto, lo primero era compartir con amigos, hacerla sentir cómoda y que entrara en confianza. Y ya me había dejado llevarla a su casa. El siguiente paso