Me dolía la cabeza, tenía un fuerte dolor de cabeza, pero la almohada que había debajo de mi cabeza me hacía estar tranquilo, abrí mis ojos al escuchar unas pisadas. ¿Dónde carajo estaba? ¿Por qué no sabía dónde estaba? ¡Manuel! Había ido a mi casa, vi… vi aquel espacio con sus cosas y comencé a tomar, sabiendo que aquel lugar no era nada sin él, no quería verlo de una vez, porque era consciente de que me rechazaría al momento, pero un par de tragos me hizo cambiar de opinión, aunque no fue un par de tragos, fue más que un par de tragos. Y luego vi su llave, la llave de su casa que yo tenía y la llave de mi casa… que él había dejado allí. No pude evitarlo, intenté conducir, pero estaba tan ebrio que no podía ni siquiera pretender hacerlo, tomé un taxi… hasta aquí. ¡Estaba en la c