Mientras ella estaba dormida en el sillón, yo me movía por toda la casa, viendo más pruebas claras de que la convivencia de ellos dos era real. ¿Desde cuándo? ¿Cómo Mariel me pudo hacer esto? Se supone que se acercó a Tobías para darme celos, para molestarme y ahora… Estaba envuelta en una relación con él. Esto no podía permitirlo, Mariel jamás se metería con otro hombre. Ella… ¡Ella me ama! –¡No! ¡No! ¡Y no! ¡Te vas a venir conmigo! ¡Nos vamos a casa! No perteneces aquí y no te dejaré aquí. ¡Todo es mi maldita culpa! Pero tú también te pusiste en esta condición, no querías el dinero, no querías vivir en nuestra casa, ¿Todo para qué? ¿Para quedarte bajo el techo de un hombre que apenas conoces? ¡Y te dije que él quiere hacerte daño! ¡Te lo dije! ¡Nos vamos!–Caminando hacia la habi