–No, esta noche no. No puedo salir de casa. Hay algo que tengo que hablar con Mariel. –Hace mucho que no salimos a tomar un trago, Tobías. –Lo hacíamos cuando éramos solteros. Y ya no lo somos. Además, tu solo quieres convencerme, hablar al respecto. –¡Al contrario! Ya te dije que no quiero saber nada del asunto. Quiero que festejemos. ¡Ha ido muy bien con los Butcher! Eso sí era un punto de celebración. Casi estábamos cerrando un trato y eso me ponía en una buena posición, sin mencionar a la empresa. –Sí, creo que tenemos que celebrarlo. –Me había olvidado un poco de ello, debido a lo que pasó con la amiga de Mariel, Claudia. Y he de decir que la tristeza de Mariel se me contagiaba a mí, la veía allí tan abatida que yo también me sentía exactamente igual. No me había detenido a