Perséfone empezó a despertar, se dio cuenta que estaba abrazando a una almohada y no a Hades, él no estaba en aquella parte de la cama que ocupaba. Algo desconcertada por su paradero decidió salir de la habitación e ir en su búsqueda. No lo encontró en la sala, tampoco estaba en los otros cuartos, ni en la cocina, en su lugar estaba Cerberus, quien fue a saludarla a penas la vio ¿Dónde podría estar? Se preguntó Perséfone ante la desaparición de Hades. Los sábados y domingos no se trabaja y ese día era sábado, Perséfone no podía desperdiciar ese sábado encerrada como si fuera una prisionera en la mansión. Subió hasta la habitación de Hades y se cambió de ropa, un pantalón y blusa verde casual para salir. Luego vio por la ventana el desértico jardín de Hades, no había césped, ni flores, est