Son las seis de la tarde cuando por fin terminan de llegar todos los invitados, nos permiten volver al salón donde estábamos antes, estoy agotada y apenas no ha empezado el evento. Me quito los tacones, me coloco el kimono que tenía antes para luego dejarme caer en el piso, no hay mucho espacio donde sentarnos. — Hola — saluda la chica que me hablo hace un rato tendiéndome un plato de ensalada — mi nombre es Daniela, ¿y el tuyo? — pregunta mientras se sienta a mi lado. — Sofía — susurro recostando mi cabeza en la pared — Tengo hambre, ¿Cuándo sirven la comida? — Aquí no te van a servir comida, solo hay ensalada, frutas y agua, no se pueden permitir que te veas hinchada. — Muero de hambre y una ensalada no es lo que me sostenga — refunfuño — quiero un plato decente de comida, eso es s