La amargura se podía apreciar en Magnus, durante cinco meses había intentado buscar a Adelaida, pero no pudo encontrar su paradero o alguien que supiera de ella. Era como si hubiera desaparecido, el mafioso había llegado a creer que quizás se había marchado del país, pero tampoco encontró pistas en los aeropuertos. Magnus se había encerrado nuevamente, con las únicas dos personas que podía llegar hablar sobre como se sentía eran con su madre y su mejor amigo. Pero nada era igual desde que Adelaida se marchó... Aún la mente y el corazón del mafioso la seguían recordando, Magnus aún la seguía amando con el pasar del tiempo. Pero había algo que atormentaba al mafioso, y eran las horribles pesadillas sobre su amada, la cual sufría o moría en sus sueños. Magnus muchas veces se levantaba llora