El mismo día Londres Anna Mi madre repetía que las casualidades no existían, más bien que eran susurros del destino vaticinando el futuro, como si él conspirará para hacer su voluntad o todas las piezas comenzarán a encajar en el rompecabezas de la vida porque era su deseo. Es como si nuestras vidas fueran un tablero de ajedrez, donde cada movimiento se revela como: “una casualidad” pero en realidad era una jugada predestinada. Supongo que mi madre tenía razón porque no es una simple casualidad que Arnie Simons sea el tío de Jeff, todo lo opuesto es como la vida estuviera burlándose de mí por buscar justicia por mano propia, gritándome en silencio: “Esto es lo que obtienes por buscar venganza, no olvides que yo mando no tú, son mis reglas y tú eres mi peón. ¡Maldita sea! Es mi culpa