Capítulo 25. ¿Señor Monteverde, podría quedarme en su departamento? Mia se aferra al fuerte abrazo, es ahí donde se siente segura y en paz. De pronto un fuerte dolor en el vientre la hace lanzar un gemido, -- ¡Auch, mi bebé. Oliver mi bebé! – le dice ella y toca su vientre preocupada, fueron muchas cosas por las que pasó en ese momento, enterarse de la traición de su esposo, una caída algo insignificante, pero caída al fin sobre la alfombra y un conato de atropellamiento. Oliver asustado le indica al taxi la dirección de la clínica donde llevó a Mia la última vez y donde sabe que ella tiene a su doctora. -- Estarás bien Mia, te prometo que estarás bien – le dice, él acuna a Mia en sus brazos protegiéndola de cualquier cosa, Oliver sin darse cuenta ora en silencio para que Mia y su bebé