Capítulo 11: «Hombre destruido»
~Kiara~
La molestia que siento permanece en mi pecho, maldita sea, odio que Damián tenga un gemelo y que dicha persona sea mi jefe ¡No pueden jugar conmigo de esa manera!
Hasta esta mañana creí que yo ya podía reconocerlos con facilidad, no era sino mirar la expresión más dura de Christopher y su barba de varios días para estar segura de que mi amigo no era él. ¿Porqué no avisa que iba a afeitarse?
Sin tanta barba es idéntico a Damián y cuando lo vi me emocioné pensando que era él y que ya había vuelto, Damián para mí es como mi hermano mayor, mi mejor amigo y un gran apoyo, por supuesto que me iba a emocionar demasiado al verlo de nuevo.
Luego, las palabras de mi jefe no me sentaron para nada bien, no me gusta que me creen falsos testimonios si no me conocen realmente, estoy consciente de que soy bastante madura para mí edad, tuve que comenzar desde muy pequeña a valerme por mi misma y que sea él quien me quité aquellos créditos me duele bastante.
Delante de él me torno torpe y me asusta que me llegue a gritar o insultar delante del mundo, tener a Christopher Cooper delante no le hace bien a mis emociones y actuó sin que mi cerebro y cuerpo se pongan de acuerdo y termino haciendo cosas que me arrepiento cuando noto que estoy delante del hombre más hostil del universo.
Creí que esta mañana se había dado cuenta de quién era yo realmente, pero bah, todo quedó en un simple "creí", él sigue siendo igual de petulante y engreído de siempre.
"No quiero que nos vean y piensen otras cosas"
Por favor, ¡Soy yo la que no quiero eso!
Pobre esas mujeres que se dejan usar de él, que sólo están disponibles para abrirse de piernas cada noche y tener solo una pequeña parte de interés de él, ¿En dónde está el amor? ¿Tan hombre se cree?
Me cae muy mal, realmente adoro a Damián, pero su hermano me saca de las casillas y me vuelve completamente loca.
No me gusta que se me acerque tampoco y hoy su juego de "Sugar daddy" me tenía a un paso del infarto, solo es diez años mayor que yo, pero en esos años hay una gran diferencia de experiencia y yo me sentía como una colegiala sonrojada porque su crush le estuviera poniendo atención por primera vez.
Odio que haya dañado todo, porque este día había sido muy bueno.
Me sentí bien cuando me protegió con su gran cuerpo para que los hombres no me miraran, me sentí agradecida cuando no permitió que aquella mujer de BellaRose pasará sobre mi y sería una vil mentira si digo que no me gustó la forma en la que sus ojos azules recorrían mi cuerpo aprobando lo que veía.
No soy de madera como parece ser él, me intimida que un hombre guapo admire mi cuerpo porque me hace sentir hermosa y durante el día fueron varias veces en las que me sentí así. Independiente de que sea mi jefe o no, hoy fue un día en la que sólo éramos hombre y mujer —aunque para él era más como hombre y niñata—, pero, deleitarme con ver la manera en la que sus ojos eran atraídos hacia mí me hizo sentir muy sexy.
Si Christopher Cooper me miró de esa forma solo por usar un lindo vestido, ¿Cómo podrían mirarme otros hombres? Al fin de cuentas él parece creerse el rey del universo y sentir su aprobación fue increíble.
Pero nuevamente, él es solo un idiota.
Aunque aprecio que me haya acompañado y comprado todo lo que tengo puesto, vuelve a alzar su coraza de divo manteniéndome a metros, pero, no era yo la que se acercaba queriendo tocarlo, no era yo la que quería atención... Él tiene serios problemas.
—Te vas a arrugar rápido si sigues frunciendo el ceño de esa forma —me dice un joven, lo miro de reojo, ha de tener unos veinticinco años por mucho y tiene una linda sonrisa ladeada dirigida hacia mí.
Me giro un poco hacia él y lo detallo de arriba hacia abajo, es bastante guapo, su cabello es de color café un poco claro, sus ojos son del mismo color y es un poco robusto, no tanto, pero si como para que en su camisa quepan dos Kiara.
—Mucho gusto, soy Román Davies.
—Kiara Anderson —respondo estrechando su mano.
—¿Te molesta si te hago compañía? —pregunta amablemente y niego con la cabeza..
—Ninguna molestía, estoy sola y no conozco a nadie realmente —respondo mostrándole también una pequeña sonrisa.
—Si estás acá es porque si conoces a alguien, ¿O acaso te has colado a una fiesta privada? —pregunta entrecerrando sus ojos, suelto una pequeña risa.
—Soy amiga de Damián, pero él no ha llegado, por eso dije eso —aclaro, él asiente moviendo su cabeza de arriba hacia abajo comprendiendo. —¿Lo conoces? Es el hijo de la festejada..
—Por supuesto, es mi primo —abro ligeramente los labios sorprendida.
—¡¿De verdad?! —mi pregunta suena como una idiota, pero a él no parece importarle.
—Si, mi padre es hermano de la tía Julieta —sacude la cabeza restándole importancia —, entonces supongo que a mí primo no le molestará que su chica me permita bailar una canción con ella —dice acercándome su mano en una invitación —, desde que te vi he quedado impresionado, eres la mujer más linda del lugar y me sentiría orgulloso de que me aceptes la invitación.
Abro mi boca para responder, pero siento una mano en mi cintura, volteo un poco mi rostro para ver al hombre que me toma como si fuera mi dueño.
—Ya tiene compañía, ve a j***r a otro lado Román.
Sigo mirando fijamente a Christopher, ¿De nuevo jugando a la bipolaridad?
Su traje es n***o y la corbata que lleva es del mismo color de mi vestido, le queda perfecto, es un hombre demasiado guapo, eso no se puede negar.
—¿Porqué me miras de esa forma? —pregunta mirándome y me evalúa de cuerpo completo, abre mucho sus ojos y suelta un jadeo —¡Vaya, estás hermosísima!
Suelto un pequeño suspiro de alivio y le doy una sonrisa, besa mi mejilla sin dejar de repetir cuan hermosa me veo.
—Creí que eras tú hermano —le digo respondiendo a la pregunta anterior —, me alegra verte, no sabía que hacer sin ti.
—Pues me alegra haber llegado y compartir la noche contigo, eres la envidia de todas las mujeres del lugar —comenta y yo me sonrojo.
—Tampoco es para tanto —él me mira y sonríe con ternura.
—Claro que lo es Kiara, eres una chica muy hermosa —le doy una sonrisa apenada.
—Es gracioso que tú y tu hermano estén vestidos igual —cambio de tema provocando una carcajada de su parte.
—Petición de mi madre —explica —, y por supuesto que Christopher jamás se te acercaría tanto como yo, le tiene miedo a las mujeres como yo.
Si supiera...
—¿Como yo?
—Hermosas y naturales —me guiña un ojo haciéndome reír. —Ven, te presentaré a mamá, esta ansiosa de conocerte.
Engancha su brazo con el mío y emprendemos camino hacia la mujer de vestido dorado, es hermosa, sonríe de manera tierna que ilumina todo el lugar, Christopher está a su lado con los brazos cruzados y tiene una tensa sonrisa en su rostro, la mujer arregla su corbata y escucho como se queja cuando llegamos a su lado.
—Madre —saluda Damián dándole un fuerte abrazo, debo alejarme del brazo de él y me quedo frente a ellos mirando con ternura como él le dice cosas al oído, veo los ojos de ella empañados en lágrimas y luego le suelta un "Te amo" que me llena de sentimientos.
Hace muchos años yo no tengo a mi madre presente y no recuerdo cuando fue la última vez que ella me abrazó de esa manera y me dijo que me amaba.
—Te quiero presentar a Kiara —se separa de ella y pone su mano en la parte baja de mi espalda acercándome a su madre.
—Feliz cumpleaños señora, muchas gracias por invitarme —digo con timidez, ella sonríe y me estrecha entre sus brazos.
—¡Con gusto querida! Me alegra conocerte al fin —me cae bien de inmediato, es una mujer bastante carismática.
Creí que sería una mujer difícil, con un temperamento parecido al de Christopher, pero ya veo que es más como Damián..
—Igualmente —sonrio sintiéndome más liviana, conocer a la señora Julieta era algo que me tenía con los nervios de punta.
—Dime, ¿Qué pasó? —pregunta Christopher a Damián y ambas miramos con atención a los gemelos, Damián solo niega con la cabeza y veo un atisbo de tristeza en sus ojos, mi jefe palmea el hombro de su hermano dándole ánimo.
—¿Todo bien cariño?
—Si madre, todo perfecto —ella entrecierra sus ojos y me mira.
—Nena, quédate con Christopher por favor, debo hablar con mi hijo.
Él bufa y Damián niega.
—Román ya la tenía en su radar, la he salvado, no la voy a dejar sola, podemos hablar otro día mamá, hoy solo quiero que disfrutes.
Suelto un suspiro agradeciendo internamente a Damián él no dejarme sola.
—No voy a poder disfrutar si uno de mis bebés está triste, ven, hablemos.
No le da tiempo a negarse de nuevo, arrastra a Damián y él solo me mira pidiéndome perdón, me encojo de hombros y me quedo en silencio al lado de mi jefe.
—Román es un mujeriego, no caigas en su juego, él solo juega con las mujeres —comenta Christopher tomándome por sorpresa el hecho de que me haya hablado.
—Ah, es cosa de familia entonces —murmuro ganándome una dura mirada de su parte.
—Él se folla a todo lo que se mueve, yo si sé escoger mis acompañantes —comenta con seriedad, muerdo el interior de mi mejilla con fuerza.
Me quedo en silencio, ya le eche demasiada leña al fuego, no quiero seguir aumentando su ego. Me quedo al lado de él al menos unos veinte minutos o tal vez un poco más, su fragancia me tiene aturdida, mareada y quiero acercarme un poco más a él para poder disfrutar más de su olor.
Damián llega corriendo a nuestro lado, está pálido como si hubiera visto un fantasma.
—Ella...
—¿Qué? —me pongo recta de inmediato mirando a todos lados buscando sí hubo algún accidente, Damián apoya sus manos en la rodilla y jadea recuperando la respiración.
—Mira a la entrada —le dice a Christopher, él mira y de igual forma yo lo hago.
Una mujer de cabello n***o, alta, delgada y con un traje de dos piezas entra al lugar meneando sus caderas, miro a los gemelos buscando alguna pista que me dé a entender quién rayos es esa mujer.
Damián tiene el ceño fruncido mientras Christopher está demasiado tenso. ¿Quién es ella?
—¿Qué mierda hace acá? —pregunta Christopher con ira, tiene sus manos hechas puños y sus fosas nasales se mueven con rapidez.
—No lo sé, mamá no la invitó.
Christopher da media vuelta y se aleja yendo a quien sabe dónde, solo sé que toma una gran distancia de aquella linda chica.
—¿Quién es ella? —pregunto a Damián, su porte me dice que está a la defensiva.
—La ex prometida de mi hermano —dice.
—¿Qué? —la miro y no la imagino con mi jefe, parece una mujer bastante superficial. Aunque no conozco cuáles son los gustos de él, nunca he visto a ninguna mujer de Christopher, solo les he hablado por teléfono.
—Ella lo engañó con su mejor amigo poco antes de la boda —explica —, es una arpía venenosa que solamente ha regresado para herir a mi hermano.
—Tu hermano no tiene corazón, no creo que eso pase —Damián sonríe, pero aquella sonrisa no llega a sus ojos.
—Ella lo dañó, le rompió todos sus sentimientos y ahora él se ha convertido en un hombre frío. Todo por culpa de esa mujer —niega con su cabeza bastante molesto —, mamá está hablando con los de seguridad para que la saquen, pero no quiere que se arme un gran escándalo, debo ir a ayudar. Por favor busca a Christopher y no dejes que haga ninguna estupidez.
Damián se va y me deja sola con miles de preguntas, ¿Alguna vez él amo tanto que ahora ya no cree en las relaciones? Lo único que he conocido de él es a un hombre con una coraza bastante dura y dañina, todo lo que parece tocar lo daña y no puedo imaginarme a un Christopher herido, parecía invencible, pero ahora me doy cuenta de que a fin de cuentas, todos tenemos un talón de Aquiles.
El lugar es gigante y me toma unos quince minutos encontrar a Christopher, está caminando de un lado a otro como si estuviera enjaulado y pasa constantemente sus manos por el cabello dejando este despeinado y alborotado.
Mis tacones resuenan al llegar a su lado y me mira de reojo..
—¿Qué haces acá? —pregunta frunciendo el ceño.
—Damián me ha pedido que lo busque, están sacando a esa mujer, no tendrá que verla —mira al cielo y suspira profundo.
—¿Porqué volvió después de tanto tiempo? —murmura al aire y tira de su corbata.
Me siento incómoda estando a su lado, no quiero molestar, pero también tengo que cumplir con el favor que me pidió Damián.
La puerta de la derecha se abre y Christopher se tensa cuando la mujer nota que está acá. Él me mira con los ojos muy abiertos y me pega a su cuerpo.
—Lamento romperte la ilusión de dar el primer beso con el hombre que amas, pero ahora necesito que me ayudes —no entiendo lo que quiere decir hasta que siento sus labios haciendo presión en los míos.
Abro mis ojos con sorpresa a la vez que siento sus manos en mi espalda acercándome mucho más a su cuerpo, sus labios acarician los míos con desesperación, busca mi ayuda y abro ligeramente mis labios permitiendo que profundice el beso mientras yo también comienzo a besarlo.
Sé con seguridad que Christopher Cooper es el mejor abogado del mundo e incluso estoy segura de que si él fuera el abogado de Johnny Depp, esa perra de Amber ya habría perdido la demanda. Él es el mejor en su profesión, pero besando... Besando es el jodido rey del universo.