Estos meses han sido una constante de pensar en Paul y deprimirme.
Solo espero que esté bien, que esté disfrutando de su vida sin pensar en mi, como estoy haciendo yo.
Seguro si le hubiese pasado algo me lo contarían no?.
Preparo mi desayuno, otro día más sin energía, sin ganas de nada.
Abro las ventanas de mi pequeña cabaña, para que entre un poco de luz de sol.
Quizás adopte una mascota como me sugirió el alfa, no puedo seguir viviendo tan solo.
Pienso y pienso en qué animal podré tener y solo podría convivir con un pez.
-Dios un pez? Como podría hacerme compañía un pez?
Tomo café mirando las noticias, no hay nada que me interese, nada que llame mi atención. Solo trabajo y me alimento.
Esta situación ha empeorado desde que rechacé a mi compañero, pero venía viviendo así hace un tiempo ya, algunos años.
Sin motivación, aburrido. Años sin conectar con nadie, ni sentimentalmente, ni hablar del sexo. Cero.
Solo tengo amistad con unos pocos miembros de la manada, y tampoco es mucho como para que sean incondicionales, solo son manada.
Limpio la casa un poco y salgo a correr. Ya nisiquiera corro en forma de lobo porque éste me detesta, y está tan o más deprimido que yo.
Corro por el bosque un tiempo largo, con mis auriculares y una música de mierda. Todo, absolutamente todo me parece una mierda.
Cruzo en el camino algunos miembros de la manada, pero no me detengo solo sigo corriendo, llego de forma inconsciente hasta el pueblo.
Este maldito pueblo.
El corazón se me sale del pecho al ver a los padres de Paul en el local de comidas que administran, sonríen y charlan mientras abren y sacan sillas y mesas a la vereda. Ellos también deben odiarme.
Suspirando sigo moviéndome, no gano nada más que dolor quedándome observando.
Camino el dirección contraria varios metros cuando escucho una bocina.
Miro sin ganas y me sorprendo al ver a Viktor saludandome con una sonrisa.
Me acerco despacio, no quiero hablar con él me muero por saber algo de Paul pero no quiero preguntarle.
-Clark. Hola. Sube.
-hola Viktor. Estoy todo sudado.
Le doy una excusa tan de mierda, como mi vida.
Resopla y abre la puerta.
-sube. Vamos a dar una vuelta.
-no tienes que trabajar?
Sacude la cabeza. Me acomodo en el asiento y se mete al inexistente tráfico del pueblo.
-adonde vamos?
-por ahí, hace mucho que no te veía. Estaba aburrido hoy y podemos charlar no crees?
-Viktor yo.
-no de mi cuñado.
De cualquier cosa.
Eres mi amigo Clark.
-tu amigo? No puedo ser amigo de nadie, mírame.
-te veo, te tomas tu tiempo y tus momentos de soledad. Te respeto Clark. Cada uno vive como quiere y puede. No soy quien para reclamarte nada. Yo tampoco insisto mucho en conectar contigo, puedo considerarme mal amigo, pero siento que asi respeto tu espacio.
-está bien. Parezco un viejo cascarrabias.
El se ríe, es lindo, demasiado lindo, no debería andar tan solo es peligroso.
-tú como estás? Tu compañero?
-estamos bien, con mucho trabajo gracias al universo, la semana que viene van a venir mis papás a visitarme nuevamente.
-no quieren venir a vivir más cerca?
-si.
Me dice con una sonrisa enorme. Mientras estaciona el auto en un parque.
Bajamos y nos sentamos en un banco
-vienen a ver una casa que encontré. El dueño falleció hace unos meses y recién ahora los hijos resolvieron el tema legal, así que lo más probable es que la compren y vendan nuestra casa en la ciudad.
-que bueno Viktor. Me alegro mucho por ti.
Quedamos en silencio un rato.
-tú como estas Clark?
Me encojo de hombros.
-es difícil?
Lo miro, me devuelve la mirada con cariño, con compasión.
Y yo me quiebro.
Se me salen algunas lágrimas, comienzo a sollozar. Dios hasta tiemblo.
-es tan horrible Viktor. Tan horrible. Me siento tan mal, me duele todo el cuerpo. Mi lobo me odia, siento que voy a morir.
Me abraza como lo haría un padre con un hijo y se lo agradezco tanto. No soy tan fuerte. No puedo seguir así.
-no puedo más. No soy fuerte. Cometi un error al rechazarlo. Soy un imbécil.