Marcela pasó una semana entera leyendo temas relacionados al parto natural y sus efectos en la madre y recién nacido. A pesar de ser bueno para su hijo seguía aterrándole la idea, había invitado a su amiga a casa, la cual le había dado una botella de vino sin importar que ella estuviese embarazada y al menos había llevado varias clases de palomitas de maíz (unas de mantequilla, otras de caramelo), una variedad impresionante de golosinas y le dio play a la grabación: "el parto más real de la historia". Sin duda, le hacía la piel erizar y le daban ganas de llorar, ambas estaban completamente asustadas; al cabo de dos horas de tormentosos vídeos, vieron la formación de bebés dentro de la madre y el último la llegada de los hijos al hogar. Ambas se cobijaron y cerraron los ojos hasta el día s