Punto de vista de Lilith. ———————————————————— Luego de que Atlas se marchara, me quedé estupefacta. La manera en que me habló, la forma en que me miraba. Ni Damián me había visto así. Me sentí deseada, pero no como un objeto. Atlas sabía jugar, sabía cómo manipular mis emociones, y por un instante, casi caí. Podía notar que él quería besarme, podía ver el deseo en sus ojos, pero seguramente era todo un maldito juego. Una táctica más para que cayera rendida a sus pies. Eso nunca pasaría. Por más caballeroso que intentara actuar, nunca caería. Caer por Atlas sería darle la razón, y lo último que haría sería alimentar su ego desmesurado. Lo peor de todo era que Atlas tenía razones de sobra para ser tan creído. Era billonario, guapísimo, tenía el mundo a sus pies si se lo proponía, mient