Los tres se levantaron y al escuchar el ruido de las sillas, los otros tres que miraban por la ventana, se volvieron para ver cuándo Jonathan salía del comedor detrás de sus abuelos. Diana se alejó de la ventana y corrió para alcanzarlos. Al llegar al despacho de su abuelo, este la dejo fuera y no le permitió pasar. Entonces fue en busca de Lita. —¿Qué está pasando? ¿Por qué Lito se encerró en el despacho con Jonathan? —Tranquila, Cariño. Ese muchacho le pidió unos minutos a tu abuelo para hablar. Les llevare café y luego te cuento lo que paso. —¿Por qué no puedo estar presente? Ya no estamos en la edad media. Si van a hablar de mí, quiero estar presente. —Bueno, mi amor. El Sr. Deveraux no expreso su deseo de que tu estuvieras presente. Su abuela la rodeo para pasar con la bandeja