Diana se sorprendió más porque, Iván era quien siempre intentaba tocarla, pero en esta ocasión no lo había intentado desde que llego y le grito que apestaba a perfume de hombre. —No precisamente, pero, como nadie del Corporativo Deveraux nos avisó de la reestructuración que se estaba llevando a cabo, nosotros continuamos trabajando normalmente y ahora, de un día para otro, ordenaron que pararan el proyecto por cuestiones administrativas. Y ahora resulta que las transferencias están pendientes porque no saben que división se responsabilizara por los gastos operativos. Ese no es mi problema, Di. Yo cumplí con el trabajo en tiempo y forma, son ellos los que nos están retrasando y ¿quién va a responsabilizarse por las pérdidas que generan estos retrasos? Están dementes si creen que yo voy a