El fin de semana concluyo demasiado rápido para los niños y fue demasiado largo para los padres. Ambos chicos despertaron quejumbrosos e intentando que sus padres les permitieran faltar a la escuela, igual que todos los niños hacen porque tienen flojera, pero ninguno de los padres cedió y ante la perspectiva de volverse a ver de nuevo, en pocos minutos se olvidaron de la flojera. Diana y Denisse se vieron las caras cuando dejaban a los niños frente a la puerta del colegio, pero se ignoraron mutuamente. Diana debido al desplante de Denisse, porque en realidad, le habría gustado recuperarla como amiga, por más absurdo que eso resultara. Así que las dos regresaron a sus respectivos autos cuando los niños quedaron a salvo y bien resguardados, dentro de los muros del colegio. —¿Qué tal estuv