El trabajo de medio tiempo de Valentina a altas horas de la noche es en una tienda de conveniencia. Generalmente, trabaja turnos por la noche.
Aunque la tienda no es grande, está ubicada en una sección próspera y cerca del "Black Rose" que es el más lujoso de la ciudad, por lo que el negocio tiene buenas ganancias.
Eran las ocho y media cuando llegó Valentina.
−Rick, lo siento, llegué tarde. — Ella se apresuró a entrar en la tienda para ponerse su uniforme.
−Está bien, no hay problemas Val − Rick James, el hijo del jefe, siempre ha tenido en estima a Valentina − No es tan tarde.
−La próxima vez, llegaré a tiempo – prometió, juntando sus manos en señal de por favor.
−Ja, ja, ja ... Está bien – el chico asintió riéndose del aspecto lamentable de la chica.
Valentina salió después de vestirse y le preguntó− Por cierto, ¿dónde está tu padre?
−Tiene algo importante que hacer hoy, así que no vendrá. ¿Por qué preguntas, tienes algo que hablar con él? − preguntó con curiosidad.
−Uh … Si algo, así... — Valentina lo decidió en el camino. Hoy renunciaría la tienda.
−Puedes decirme, hablaré con papa en cuanto lo vea.
−Eh ... Bueno … − ella no sabía cómo abordar el tema, sonrió de disculpa y dijo −Rick, me temo que solo trabajaré aquí hasta fin de mes, quería informarle que renunciaré.
− ¡¿Qué?! – El chico no podía cree lo que acaba de escuchar y preguntó con una cara triste − ¿No te gusta este lugar?
−No, no. — explicó ella rápidamente − Lo que pasa es que... bueno es que ... Acabo de casarme y, por otro lado, la salud de mi madre no es buena, me concentraré en cuidar de mi madre y mi esposo de ahora en adelante.
−De verdad, ¿estás casada? − Los ojos de Rick se agrandaron. − No lo habías mencionado antes.
−Sí, sucedió en los últimos días, es demasiado reciente, aún no lo hago público.
−Ah ... − Rick suspiró y finalmente se atrevió a confesar sus sentimientos − Val, no esperaba que te casaras tan pronto. Eres mi amor de infancia, ¿sabías?, esperaba que pudieras darme una oportunidad cuando terminara mi carrera.
− ¡Ja, ja, ja! – Valentina no pudo evitar reírse a carcajadas.
− ¿Hablas en serio?, eres un poco menor para mí, aún eres estudiante de universidad, y soy siete años mayor que tú. Pero aun así me siento halagada, Rick,
− ¡La edad no es un problema! – El chico infló su pecho e hizo reír a Valentina. − Val, ¿puedo seguir contactándote en el futuro? − preguntó Rick con preocupación.
−Por supuesto que si – respondió ella con una sonrisa − En cualquier momento.
− ¿Tu marido no estará celoso? − Valentina hizo una pausa y respondió. − No ... ¿Cómo podría estar celoso?
− Ah, entonces ... Te llamaré.
Después de que Rick se fue, Valentina era la única que quedaba en la tienda. En la pequeña tienda, a altas horas de la noche, uno o dos clientes llegaban ocasionalmente.
En el pasado, Valentina todavía podía escribir y escribir copias durante el tiempo de inactividad, pero ahora la entrega del trabajo está casi terminada y es realmente aburrido sin saber qué hacer.
“Din"
Sonó la campanilla de la entrada de la tienda, y había otro cliente.
−Hola, bienvenido − ella se puso de pie y lo saludó formando una sonrisa. Tan pronto como levantó la cabeza, su sonrisa se congeló de repente, ¿Cómo podría estar Jacob Philips aquí?
Él también se sorprendió.
¿La digna esposa del presidente está trabajando aquí a tiempo parcial? Interesante, muy interesante.
El hombre sonrió con malicia, se quitó los lentes oscuros y la gorra.
− ¿No es esta la esposa del presidente − Él sonrió y se acercó lentamente − ¿Por qué se fueron tan rápido de la conferencia? No tuve tiempo de despedirme de usted.
Jacob olía a humo y alcohol, seguramente acaba de salir del bar.
—No creo que tengamos tanta confianza, no tengo nada que decir. Valentina miró su reloj con una cara fría − Son las tres en punto y la tienda está cerrando. Si no compraras nada, por favor, sal.
−Comprar, ¿quién dijo que no compraría? – Jacob se echó a reír −Dame una caja de chicle. Y algunos analgésicos. Bebí demasiado…
−Tu olor te delata – Valentina le dijo con desagrado y le entrego de mala gana – La caja de chicles y los analgésicos.
Después de abrir la goma de mascar, Jacob preguntó:
− ¿Por qué trabajas aquí a tiempo parcial? No puedo imaginar, que tu marido este de acuerdo con que trabajes aquí.
Ella ignoró su pregunta, en cambio, dijo. −Ya estoy cerrando, por favor vete.
−Si, tu temperamento ... Me gusta. − dijo eso, adoptando su pose de playboy. − ¿Ya te vas? Puedo llevarte a casa.
− No es necesario.
− ¿Cómo puedes pensar en irte sola? No es seguro que estés por ahí sola.
Ella lo miró, y sus ojos se volvieron más serios.
−Realmente no es necesario – se negó ella.
−Más bien, date prisa y ten cuidado de no ser descubierto por los paparazzi, no crees problemas nuevamente a la empresa.
− ¡Vaya! ¿Te preocupas por mí? − Jacob camino hacia el mostrador, mirando a Valentina con ojos curiosos, tomo otro par de chicles y se alejó.
Valentina respiró hondo. Nunca había visto a Jacob Philips tan de cerca, entonces, ¿por qué lo vio hoy?
Se cambió de ropa y cerró la tienda, cuando se dio la vuelta, descubrió que Jacob estaba esperándola frente a su automóvil, como si esperara a una novia para llevarla a casa.
Ella lo miro sorprendida, ¿qué diablos quieres hacer?, Paso delante sin determinarlo y tomo el camino a casa.
−Espera un minuto – Jacob la tomó el brazo.
−Suéltame − dijo Valentina con frialdad − No sé cuál es tu propósito, pero si quieres usarme para atacar a Nathan es imposible.
−Simplemente no quiero que salgas lastimada. −Él, la miraba con seriedad.
−Tú y yo no nos conocemos, no sé qué sucede entre tú y Nathan, pero no seré parte de tu juego − Valentina estaba molesta, había visto la hostilidad entre ambos, pero su curiosidad también la llevo a hablar demás por lo que pregunto − ¿Por qué debería salir lastimada?
−Sube al auto −dijo Jacob mientras abría la puerta − Entra y hablaremos.
−Tengo un coche − replicó Valentina.
− ¿Tienes un coche? −Jacob miró a su alrededor − ¿Dónde está?
−Detrás del tuyo
Jacob se dio la vuelta para mirar y se río a carcajadas − ¿Eso es un scooter?
−Si − Valentina respondió con voz apagada, su rostro enrojecido por un momento vergonzoso.
−Vamos, te llevaré de regreso − Jacob le mostró una sonrisa, e independientemente de la respuesta de Valentina, caminó unos pasos y puso el pequeño Scooter en el maletero de su auto.
− ¡Hey! ¿Qué estás haciendo? − Valentina sujeto del brazo a Jacob deteniéndolo.
−No te preocupes, no voy a hacerte nada. Solo te llevaré a casa
Ninguno de los dos se dio cuenta de que atraían la atención de las personas, al discutir al lado de la carretera.
Estaban tan absortos en su lucha que no sé dieron cuenta de las dos personas que los observaban dentro del llamativo Lamborghini Rojo, uno sonreía sarcásticamente y el otro los observaba con frialdad.
− ¿Vaya, no está mal para una esposa recién casada? Ha puesto sus ojos en Jacob Philips, demasiado pronto − Matt sonrió sarcásticamente, mientras estaba sentado en el puesto de copiloto.
Nathan los miro con ira contenida y apretó las manos sujetando
¿Qué demonios hace ella con Jacob? ¿Desde cuándo se conocen tan íntimamente?
Después de un rato exhaló con frialdad – Vamos.
Cuando el auto arrancó, las dos figuras en el espejo retrovisor se hacían cada vez más pequeñas.
−Ese tipo, Jacob, ¿por qué sigue en la empresa?
La expresión de Matt era de desagrado, su mirada se volvió oscura con solo mencionar el nombre de Jacob. −No creo que merezca la pena. Pensé que lo desecharías.
− ¡Basta Matt! – Nathan lo miró fijamente y dijo − ¡Lo que le hiciste a Jacob es realmente inaceptable, te puedo pasar ciertas cosas Matt, pero te limitaras de ahora en adelante!
Matt se quedó en silencio. Al final cambio su expresión a una lamentable.
−Lo siento Nathan – dijo − Sé que debes pensar que tengo algún interés en Jacob, pero no es así, eres tú con quien quiero pasar el resto de mi vida.
Nathan suspiró, tomando su mano y apretándola − No quise decir eso para culparte, es solo para recordarte.
−Lo sé − Matt sonrió coquetamente y le preguntó − ¿Vamos a mi casa esta noche?
Nathan asintió – Sí.