Nathan llevó deliberadamente a Valentina del piso 32 al piso 31, y luego al piso 30.
— ¿Por qué no tomas el ascensor? − ella estaba bastante incómoda bajo la mirada de todos. Sin mencionar que los tacones de cinco centímetros la estaban matando.
—Por supuesto que es para que todos te conozcan. — Nathan sonrió levemente y le susurró ambiguamente – Sonría, señora Mercer.
Valentina sintió que su cara se acaloraba y las palpitaciones de su corazón se descontrolaban.
Oh por Dios, miren es realmente la gerente Miller.
Sí, ella es tan hermosa y hace una buena pareja con el presidente.
Hubo muchos susurros en el camino.
Cuando llegaron al departamento de relaciones públicas, Nathan redujo la velocidad a propósito y le pidió Valentina.
−Diles adiós a tus antiguos colegas.
Ella dio un paso Adelante sintiéndose un poco nostálgica, aquí estaban algunos de sus amigos. Miro a su alrededor estaba rodeada de todos.
Valentina, ¿cuándo pensabas decirnos?
¿Cuándo te casaste con el presidente?
Era una mujer encantadora, Laura Brown colega de Valentina.
−Bueno… en realidad queríamos mantenerlo en secreto… por un tiempo − dijo Valentina no sabiendo como ocultar su vergüenza.
Vaya, has escalado un gran peldaño. Ahora eres la esposa del presidente de la compañía y quizás nos mires con otros ojos.
Continuó, diciendo la mujer con evidente sarcasmo, y sus ojos mostraban profundos celos.
−Valentina no es una persona así − Gema una de las asistentes se acercó y abrazo a Valentina − Felicidades por tu matrimonio.
−Gracias – respondió con una sonrisa – Tienes que darte prisa y encontrar un novio.
−Ahora se considera un deber − Gema dijo en tono de broma, haciendo que todos se rieran.
−Gerente Miller que tenga mil años de felicidad. Serás la madrina de mi boda cuando me case.
−Podría ser dama de honor de tu ceremonia − respondió Valentina con una sonrisa.
Nathan miró su reloj y dijo amoroso − Cariño, debemos irnos, es tarde.
Tan pronto hablo el presidente, todos estallaron en mormullos.
−Oh, está bien − le devolvió la sonrisa y se dirigió hacia él para sostener su brazo, dijo −Todo el mundo trabajé con tranquilidad, yo les visitaré a menudo en el futuro.
Algunos, asintieron con verdadera alegría, haciendo caso omiso de la envidia de otros, visible en sus ojos.
−Tu popularidad es bastante buena −dijo Nathan mientras caminaban hacia el ascensor. — Es natural – respondió ella sin ninguna ambigüedad.
Nathan sonrió y no habló.
Tan pronto como salieron del edificio de la empresa, un grupo de periodistas los esperaba afuera.
"El presidente Nathan Mercer, ¿por qué de repente anuncia su matrimonio?”
“¿Es esta una estrategia para subir su popularidad?"
"¿Esta es su esposa? ¿Cuál es su nombre?"
El escándalo de Jacob Philips, de un artista de su empresa, ¿verdad o, no?
Los reporteros abordaron a Nathan casi dejando estupefacta a Valentina, aunque se dedica a las relaciones públicas, no es más que una trabajadora desconocida entre bastidores. La primera vez que se enfrentó a tantas cámaras se sintió un poco avergonzada y temerosa.
Nathan sonrió calmadamente y estrechó la mano de Valentina hacia la cámara y dijo con una sonrisa.
−Ella es mi esposa, Valentina Miller, si hay otras preguntas, pídales a sus amigos reporteros que vengan a la conferencia de prensa. El hotel cinco estrellas " The Ritz " será el sitio de la conferencia de prensa del Grupo Mercer, responderé una a una sus preguntas.
Después de hablar tomo la cintura de Valentina y entro al automóvil.
Los reporteros no estaban dispuestos a perder ningún detalle, así que avanzaron con sus cámaras.
Afortunadamente, los guardaespaldas los escoltaron y los dos subieron al auto sin problemas.
¡Por fin!
Valentina suspiró y giro la cabeza, pero de repente descubrió que Nathan sostenía un pañuelo y se limpiaba las manos con cuidado. Ella no podía creer lo que veía.
¿Le tiene asco?
El autoestima de Valentina, no le permite sentirse humillada.
Aguanta, Valentina solo será un año, tu mamá lo vale.
El automóvil pronto llegó al lugar de la conferencia, que ya estaba abarrotado de periodistas. El encargado de la rueda de prensa vio llegar al presidente y se apresuró a saludarlo.
− ¿Cómo va todo? −Preguntó Nathan, mientras caminaba liberando una mano para saludar a todos con gracia.
−Está todo listo señor, puede comenzar de inmediato o tan pronto como decida.
−Perfecto −Nathan asintió y preguntó de repente − ¿Jacob ya llego?
−No, esperamos su llegada, para que los maquilladores trabajen con él.
Maldito, Philips ya estoy cansado de su mierda.
Nathan estaba enojado, Jacob solo traía problemas y escándalos a la empresa. Pero su popularidad y éxito en diferentes películas le garantizaban que aun perteneciera a la nómina.
Valentina lo siguió al backstage silenciosamente.
“¡Presidente!”
“¡Presidente!”
Cuando todos vieron a Nathan venir detrás del escenario, se levantaron para saludar. Él respondió con asentimiento de cabeza y fue directamente a la sala de recepción VIP.
Solo Jacob y su agente Jorge estaban en la habitación.
Jacob vestía ropa informal, con su cabello castaño oscuro, una camisa simple y las comisuras de la boca ligeramente levantadas, era un hombre muy atractivo, y da la casualidad de que también tiene un rostro hermoso, pero un corazón lleno de problemas.
Realmente tengo miedo de que hoy todo sea un desastre. Valentina suspiró y rezo para que todo saliera justo como había planeado su helado jefe.
Jacob no pareció haber visto a Nathan mientras revisaba su teléfono móvil. En cambio, él se acercó y mirándolo con desaprobación, exigió.
−Subirás al escenario y darás explicaciones sobre tus noticias recientes, has causado demasiadas noticias negativas.
− ¡Ja!! – Jacob torció los labios burlonamente y no dijo nada.
Jorge sonrió avergonzado e inclinó la cabeza disculpándose por su representado − Sí, sí, definitivamente no causará más problemas.
−Siéntate – le dijo Nathan a Valentina ignorando al asustado mánager.
−Aún queda algo de tiempo.
Está bien −Valentina asintió y se sentó pacíficamente.
Jacob escuchó la voz de la mujer y levantó la cabeza. Ella también estaba mirando en su dirección, y los dos coincidieron sus miradas en ese instante.
−Tú, ¿quién eres, pequeña belleza? – pregunto Jacob con su habitual sonrisa de playboy.
− ¿Pequeña belleza? – Valentina se burló – Tengo veinticinco años, ¿dónde ves en mí a una pequeña?
Valentina tenía la intención de ignorarlo, fingiendo no escuchar. En realidad, está muy molesta con él, las noticia de escándalo s****l a la que se enfrenta todos los días son agotadoras.
−Ella es la esposa del presidente − susurró Jorge para recordarle que le debía respeto.
Quien diría que cuando escuchó las palabras esposa del Presidente, los ojos de Jacob instantáneamente se llenaron de burla, y no pudo evitar levantarse y caminar lentamente hacia ella.
− ¿Esposa de Nathan? ¿Escuché bien? – pregunto con sarcasmo −Nathan Mercer, es tú ¿marido? ¿Eso es cierto? Ja, ja, ja ...
Nathan lo miró y no refuto.
Jacob miró a la chica que lo miraba como si estuviera loco.
− Quien lo diría, la belleza tiene gustos extraños.
− ¿Qué? – ella lo miro confundida − ¿por qué tengo gustos extraños?
− ¿Qué? ¿No lo sabes? – Jacob miró la expresión de Valentina, en apariencia era desconcertada. Pero él no podía creerlo, cualquiera que tuviera una relación con Nathan, ya fuera comercial o sentimental. No puede ser bueno.
− ¡Suficiente! – Nathan lo interrumpió severamente −No consideres que no puedo prescindir de ti y sacarte de la compañía. ¡Así que cuida tus palabras!
−Sí, sí − se disculpó Jorge, tirando de Jacob para que dejara de hablar −presidente, le pido disculpas por Jacob, lo siento mucho, él…
Valentina miraba a ambos curiosa, nunca esperó que Jacob y Nathan se llevarán mal.
−presidente, es momento − El organizador entró y alivio la tensión dentro de la habitación.
Jacob se acomodó las mangas de la camisa y salió primero del área de descanso.
−Vamos − Nathan se levantó, Valentina tomo su mano y salió con una sonrisa fingida en su rostro.
Pero las palabras de Jacob seguían repitiéndose en su cabeza.
¿Por qué tiene gustos extraños?