Lucifer Así cómo Dios tiene sus propios espías en toda la tierra, núcleos de magia, yo tengo los míos en el Cielo y ahora más que nunca los necesitaba, desde la llegada de Calia a mi vida necesitaba saber todo lo qué pasaba en el Cielo por su causa. — ¿Qué pasa papi? – dijo Azzoth al llegar a mi oficina. — Adivina quien se ha revelado oficialmente del Cielo – le sonrió y ella aplaudió feliz. — Nuestra hermosa Calia – dijo con una sonrisa. – ¿Y ahora? — Aquí se va a demostrar cuánto quiere Dios a su hija, si baja a la tierra se hará declaración de guerra, leoncilla – le sonrió. — ¿Y qué harás tú? — Tengo una cita hoy – acaricio su mejilla. – Hablaré con Muerte para resolver todo – suspiró. – Quiero qué al menos Calia tenga una vida lo más normal y feliz qué pueda. — Lo vas a lo