Constantin Con una taza de café en la mano, miró a mi dulce ángel en la cama, tendida boca abajo, desnuda y con el cabello en la cara, está profundamente dormida y no la culpo. De la fiesta fuimos directo al jet qué Lucifer nos concedió usar y llegamos a un hotel a pasar la noche, es casi mediodía y estoy preparando todo para ir al Tomorrowland de este año. Generalmente iba sólo. Alister siempre tenía algo qué hacer, Amelia nunca estaba, así qué iba solo y siempre terminaba con más de cinco chicas en mi cama. Ahora no solo tengo una mujer, sino qué es un maldito ángel y es mío, sólo mío. A veces me preocupa mi necesidad de estar cerca de ella, no podía estar lejos de ella o sin saber qué estaba haciendo y dónde estaba, me consumía algo por dentro, me daba una fuerte ansiedad. La mera