Tiempo actual... Apenas Reinaldo terminó de colocar a Charlotte en el vehículo, el sonido agudo de sirenas cortó el aire helado de la tarde. Estaba empezando a nevar y a oscurecerse el cielo. ―¡Aquí, rápido! ―gritó el chofer y guía agitando sus brazos para guiar a los rescatistas. En cuestión de segundos, un equipo de paramédicos, vestidos con trajes térmicos brillantes, rodeó el vehículo. Sus movimientos eran precisos y coordinados, fruto de años de entrenamiento. Chequearon rapidamente a Charlotte y le dieron su veredicto. ―Mujer, con hipotermia severa, posibles lesiones internas y... ―el paramédico hizo una pausa, su rostro tornándose más serio― signos de aborto espontáneo debido al trauma ―informó rápidamente mientras examinaba a Charlotte, con su voz mezclando profesionalismo con