Hilary
- ¿Te vas? - balbuceo de nuevo.
- Princesa - se acerca un paso, pero retrocedo.
- ¿Estás pensando irte? - mi vista baja a la tarjeta en su mano y luego va a sus ojos
Lo veo, veo la respuesta en sus ojos, incluso antes de que él mismo la vea, su inconsciente ya tomó esa decisión, él ya tiene una respuesta a esa pregunta, Jared estaba decidido a hacer aquello, a irse, alejarse de mí, dejarnos.
El grito del público retumbaba en el lugar, todo el mundo festejaba, las personas saltaban, la banda tocaba, todos estaban felices, todos parecían estar conformes, viviendo en su burbuja, preocupados por la fiesta que habría después, por emborracharse y acostarse con alguien, todos estaban preocupados por esa cosa tan banal mientras mi mundo de derrumbaba.
Apreté mis labios y contuve las lágrimas, Jared volvió a dar un paso, pero no me aleje, no tenía sentido, había visto cómo se acercaban sus compañeros, no tardarían en llevárselo.
- Hil, todavía no… - Magnus lo tomó del brazo entre risas.
- Vamos a robarte tu novio pequeño - sonreí como pude y levanté la mano.
- Tranquilos, yo me tengo que ir - gire sobre mi eje.
- Hilary
Lo escuché gritarme, observé por sobre mi hombro como trataba de acercarse nuevamente, pero ahora directamente no pudo llegar, sus compañeros lo levantaron por los aires haciéndolo saltar.
Una sonrisa se dibujó en su rostro y lo imité, estaba feliz por él, en verdad lo estaba, pero no era el momento para hablar de esto.
Camino entre la gente alejándome, mis ojos están llenos de lágrimas y las ganas de llorar crecen por minuto, mi familia se coloca frente a mí con una sonrisa en su rostro, sonrisa que se les borra apenas me ven.
- ¿Qué pasó? - mamá me observa preocupada y desvió la vista a Sam
- Felicidades, se te cumplió el sueño, lo quieren los Broncos - todos se callan.
- Hilary - papá habla, pero no lo miro.
- Necesito salir de aquí. - paso entre medio de ellos.
- Sabes que nadie tiene la culpa de esto - mi hermano habla tranquilo. - Es la impresión del momento - su mano toma la mía.
- Se que no tienen la culpa ninguno, yo… - suspiro - Quiero estar sola, ¿pueden dejarme sola?
Mis padres afirmaron y todos se quedaron ahí, por mi parte solo camine directo a mi auto, necesitaba no llorar ahora, no quería llorar, no podía hacerlo delante de todas estas personas porque no dejaría que vieran así, tan vulnerable, tan dolida y asustada, porque no me molestaba que tuviera esta oportunidad, no, estaba feliz por él, me ponía muy feliz que tenga este tipo de oportunidad, lo merecía, él merecía esto.
Jared había tenido una vida complicada, muy jodida, había pasado hambre, frío, recibió malos tratos y estuvo dando tumbos de aquí para allá y ahora la vida le sonreía, le estaba dando una gran oportunidad que no podía simplemente desperdiciar, entonces, porque sentía que lo perdía.
Llegué a casa llorando, mi pecho dolía horrores y los sollozos no paraban, papá me llamaba, pero yo no quería hablar necesitaba llorar tranquila y en silencio, necesitaba desahogarme de todo esto para qué cuando él llegase yo pudiera sonreír y estar feliz por él, porque eso era lo que debía hacer, porque era feliz por sus logros y el amor no era egoísta, yo no podía ser egoísta, no con él, no quería serlo con él porque lo amaba.
Me metí en la ducha y me puse una de mis pijamas que usaba cuando estaba en mis días, el ánimo no ayudaba a nada más, después simplemente me acosté y me quedé abrazando su almohada mientras lloraba hasta que me dormí.
Fue el colchón hundiéndose lo que me despertó, junto con su abrazo para rodear mi cuerpo y un beso en mi hombro desnudo, me acurruqué más cerca de él y sonreí, amaba esta sensación, la de estar en sus brazos, la de tenerlo cerca dándome su calor.
Abrí mis y observé el reloj, solo había pasado una hora desde que llegué, se suponía que debía estar en el festejo con sus compañeros, no aquí, no conmigo.
- ¿Qué haces aquí? - me giro para verlo - Tenias la celebración - murmuró mientras acariciaba su rostro.
- Estoy donde quiero estar, princesa habrá muchas celebraciones o no las habrá, en cualquiera de los dos casos, tú eres más importante que cualquier campeonato, estar contigo lo es - mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas.
- Soy una perra - me quiebro y sus brazos me envuelven mientras me escondo en su pecho. - Una maldita perra egoísta.
- No lo eres, Hil - su mano toma mi mentón y lo eleva - No lo eres, nena… - suspira - Eres lo mejor que tengo en esta vida, la única persona que me ha hecho sentir vivo y bien después de tanto tiempo. - sus labios van a los míos.
- Te amo - hablo en susurros
- Yo también te amo, más de lo que crees y también me asusta, pero no porque yo vaya a cambiar mis sentimientos por ti, eso no cambió en todos estos años, no va a cambiar ahora - nos miramos - Me da miedo de que tu dejes de sentir lo mismo por mí, tengo miedo de que cuando termines tus estudios, yo no sea una opción en tu vida, porque yo lo quiero todo contigo, una casa, hijos, un perro - sonreí - Quiero formar mi vida a tu lado, no importa si juego o no, aunque sería genial poder hacer ambas cosas. - su boca se curvo.
- Me siento una egoísta - mí labio tiembla - Estoy feliz por ti, te lo juro, me alegra que hayas conseguido todo esto, pero temo mucho perderte, me da miedo que te alejes y perder todo esto, que tú simplemente desaparezca porque no puedo, no me imagino mi vida sin ti, no quiero hacerlo - niego - Solo prométeme que no cambiará nada, por favor prométeme que no te perderé nunca.
- No lo harás, nunca me perderás.
Sus labios fueron a los míos con una caricia suave, una hermosa caricia que me estremeció por completo, una que me dejó con el corazón latiendo rápido y la piel erizada.
Yo no me imaginaba mi vida sin él, no podía tan siquiera pensar en no tenerlo, con Jared todo fue tan fácil y sencillo, la convivencia, la manera en que nos adaptamos al otro, como compartimos clases o nos turnábamos los día de cocina y las tareas del hogar. Todo había funcionado bien.
- Llevas el pijama de los malos días - hice un mohín - Y yo como te conozco - giro para tomar algo - Te traje gominolas y chocolates - movió el paquete frente a mis ojos.
- Eres el mejor, pero ahora solo quiero esto.
Mis labios fueron a los suyos, las yemas de mis dedos tocaban su piel caliente, justo en uno de sus pectorales, sus labios profundizaron nuestro contacto, uno que no paraba aquel fuego creciente, me estaba quemando nuevamente en sus manos, sintiendo su toque, aquel que sus manos proporcionaron cuando se colaron por debajo de mi remera.
Sus dientes tomaron mi labio inferior, un acto que me hizo gemir y jadear en las mismas proporciones, moví mi cuerpo hasta quedar encima de él, abandonó mi boca y comenzó con su camino por mi mandíbula, sus dientes mordisquean el borde, sus manos toman mi culo con fuerza.
Paso mis dedos por su pecho mientras sus labios van por mi cuello hasta el lóbulo de mi oreja, mis caderas se mueven provocando un gruñido gutural de su parte, siempre era así, solo bastaba un toque para que ambos sumergimos en un bucle de placer que nos podía tener así por horas.
Soltó el agarre de sus manos y las subió por mi espalda mientras subía el pijama para tirarlo a algún rincón de nuestra habitación, una habitación que se había convertido en nuestro nido, que nos había visto formarnos como pareja, que me había visto llorar y luego amarlo incondicionalmente.
Suspire y me deje llevar por sus manos, lo deje que sacará mi ropa y me estremecí cuando me tocó, cada parte de lo que pasó después fuimos nosotros y nuestro amor, cada parte caricia suya y palabra susurrada se impregnó en mi piel con fuerza, quemando y grabándose como una promesa, inmiscuyéndose por debajo de mi piel hasta llegar a mis huesos.
Nos prometimos amor eterno y no olvidarnos.
Nos prometimos un futuro juntos y una familia.
Nos amamos y quemamos como cada vez que estábamos juntos y ahora, después de dormir juntos, de que amase como solo él lograba hacerlo me encontraba en esta situación, mirando la mesa, observando los nombres y repitiéndolos, sacando distancias mientras todo a nuestro alrededor parecía caótico, necesitaba a Clara, quería a mi hermana del alma, pero ella estaba de luna de miel y yo con su hermana frente a mí, imaginando las posibilidades y pensando en bajar para subirme a mi coche e ir a reparar el auto de Jared.
- ¿Qué piensas? - su voz me vuelve a la realidad, pero solo sonrío y vuelvo a ver la mesa.
Broncos.
Empacadores.
Carneros.
Acereros.
Patriotas de Nueva Inglaterra.
Los 49 de San Francisco.
Observaba todas las propuestas que había recibido, cada equipo que lo quería, los lugares a los que se podía ir, Sam había hablado con cada uno de ellos pidiendo las propuesta, informando de los otros interesados y no habían dudado en mandarle todo en cuestión de minutos, solo bastó un mensaje para que ella tuviera en sus manos todas sus propuestas.
Los Denver Broncos (Broncos) con sede en Denver, Colorado. Compiten en la División Oeste de la Conferencia Americana (AFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus encuentros como locales en el Empower Field at Mile High. La distancia en línea recta entre Seattle y Denver es de 1.643,04 km, pero la distancia en ruta es de 2.145 kilómetros.
Los Green Bay Packers (Empacadores) con sede en Green Bay, Wisconsin. Compiten en la División Norte de la Conferencia Nacional (NFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus encuentros como locales en el Lambeau Field. La distancia en línea recta entre Seattle y Green Bay es de 2,652.46 km, pero la distancia en ruta es de 3,119 km.
Los Angeles Rams (Carneros) con sede en el Gran Los Ángeles, California. Compiten en la División Oeste de la Conferencia Nacional (NFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus encuentros como locales en el SoFi Stadium, ubicado en la ciudad californiana de Inglewood. La distancia en línea recta entre Seattle y Los Ángeles es de 1,544.74 km, pero la distancia en ruta es de 1,827 km.
Los Pittsburgh Steelers (Acereros) con sede en Pittsburgh, Pennsylvania. Compiten en la División Norte de la Conferencia Americana (AFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus partidos como locales en el Acrisure Stadium. La distancia en línea recta entre Seattle y Pittsburgh es de 3,436.13 km, pero la distancia en ruta es de 4,134 km.
Los New England Patriots (Patriotas) con sede en el Gran Boston, Massachusetts. Compiten en la División Este de la Conferencia Americana (AFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus partidos como locales en el Gillette Stadium, ubicado en el pueblo de Foxborough. La distancia en línea recta entre Seattle y Boston es de 4,001.05 km, pero la distancia en ruta es de 4,957 km.
Los San Francisco 49ers (Los del 49 de San Francisco) con sede en el área de la Bahía de San Francisco, California. Compiten en la División Oeste de la Conferencia Nacional (NFC) de la National Football League (NFL) y disputan sus encuentros como locales en el Levi's Stadium, ubicado en la ciudad californiana de Santa Clara. La distancia en línea recta entre Seattle y San Francisco es de 1,092.88 km, pero la distancia en ruta es de 1,301 km.
- Hilary, princesa - lo vuelvo a mirar.
- ¿Qué ofrecen? - me acomodo en la silla.
- Los Broncos, patriotas y acereros, son los que menos ofrecen en cuanto a beneficios, están decididos a dejarte terminar tus estudios, darte los tiempos, pero no todo cubrirán gastos de viajes por si tienes que rendir, no te dan un lugar para hospedarte, sales perdiendo, no me gusta - Sam los descarta
- Empacadores y carneros, te dan tiempo para tus estudios, no te dan los viajes, pero se hacen cargo de tu hospedaje hasta que consigas algo por tu cuenta, creo que es un lugar compartido con tus compañeros - lo deja en un costado.
- ¿San Francisco? - interrumpo y me miran.
- Este me encanta - mi prima sonríe - El sueldo sobrepasa por creces a los demás, quizás se deba a que alguien les dijo que los demás club te ofrecieron un número un poco más elevado, lo que hizo que agregaran unos ceros más - guiñó un ojo - El hospedaje no es problema, te ofrecieron comprar una casa, pero Hannah te da su pequeño departamento - eleve una ceja.
- Eso no tiene nada de pequeño - subió sus hombros.
- Ella dice que es modesto - movió la mano - No vamos a hablar de sus pequeños desfases en proporciones - Jared comienza a reír. - En fin, como no te pagan la casa, ellos se harán cargo de tus viajes cuando sean necesarios, no importa el motivo, ya sea personal o por estudios, además tendrás a disposición dos pasajes siempre que lo desees por su alguien quiere ir a visitarte - me mira - No me lo agradezca - ruedo los ojos - Preguntaron qué más necesitas para sentirte cómodo con la idea.
- Me gusta San Francisco - hablo y Sam sonríe egocéntrica - No pongas esa carita, lo elijo por la distancia, estás más cerca de mí y eso me reconforta - lo miro - No tiene que ver la plata.
- Aunque son según Clara uno de los mejores equipos - Jared cruza los brazos.
- Entonces los 49 serán - me observa - Así estaré cerca de las dos mujeres que amo - sonreí como idiota.
- Awwww… puaj - Sam hace una arcada y la miramos - Lo siento, la dulzura - agarró una de las servilletas, la hago un bollo y se la aviento por la cabeza.
- Idiota - me saca la lengua.
- Bueno - toma su maletín - Aquí está el contrato, firma y estamos listos - parpadee.
- ¿Ya? - afirma despacio.
- Ya, lo esperan después del juicio - nos miramos.
- ¿Cuándo es el juicio? - suspira y pasa la mano por su vientre.
- En dos meses y medio - el nudo vuelve - Mateo movió sus hilos al igual que las personas del equipo, te quieren pronto - se acomodó - Seré sincera, esto será algo complicado de explicar.
- ¿Qué pasa? - Jared se acomodó.
- Cuando hagamos el juicio por paternidad, se te hará un ADN, cuando estén los resultados para poder reclamar todo lo que te corresponde, tienes que llevar su apellido, podemos alegar que sea en segundo lugar por temas de imagen, pero tendrás que llevar su apellido en el documento, tendrás que pasar a ser un Ruffalo, es decir… - aprieto mis labios.
- Que Pablo y la arpía de su madre se convertirán en mi familia - suspira - Lo entiendo ¿Qué pasará con mi mamá? - movió el rostro.
- Lo llevaremos los tres al juicio - junté mis cejas.
- ¿Tres? ¿Qué tres? - sus dientes asomaron.
- Mazikeen llevaré una gran parte del caso de tu madre - miró a Jared.
- ¿Es buena? - consulto y suspire.
- A ellos Bruno les dice los elegidos de Dios - me mira - Lucifer, Lilith Magne - señale a Sam - Separados son complicados, juntos - lo mire - Mateo las preparo para todos sus exámenes, tardaron un año menos en recibirse, tienen su doctrina, el examen final se los toma el decano, los demás estaban mínimo hora y media, ellas veinte minutos, resolvieron el caso en ese tiempo - Sam sonríe.
- Tranquilo, está todo en buenas manos - se queja - Joder esta niña patea fuerte. - apoyó las manos en la mesa. - ¿Alguna duda más?
- ¿Cuánto le vas a cobrar de comisión? -cruzo mis brazos.
- Me siento ofendida - ladeo mi rostro y ella imita la pose - ¿Le firmaste algo? - Jared me observa confuso.
- Acabo de firmar el contrato - señala la mesa.
- Me refiero a algún papel que diga que te representa - niega. - Quiero ver esos papeles.
- Le dije que fuera a la oficina más tarde, delante de ti, todavía no lo armo y para tu información, mi comisión es mínima - me saca la lengua - Solo es el quince por ciento de lo que cobra, saca cuentas - la sigo mirando con desconfianza.
- ¿La publicidad? - niega.
- Ellos, solo manejé lo que le corresponde a él y regalías que pueda haber a futuro si vendes muchas cosas a tu nombre, nada más - suspiré - Eres una dramática, somos familia. - chasquea los dedos - Él será mi consentido, cuando vengan más, ahí sacare las garras - se levanta. - Ahora chicos, los amo, pero necesito ir a mi cama.
Jared la acompañó a la puerta y ella salió tranquila directo a su casa, por mi parte solo me quede observando los nombres en las mesas y viendo las grandes letras rojas de San Francisco, estábamos cerca, seguimos cerca, podía instalarme con él cuando terminara la carrera, haríamos que esto funcionara, podíamos hacer que todo esto funcionara a la perfección.
La vida nos sonríe, tenemos salud, trabajo y un futuro prometedor, qué es lo que podía salir mal.
Esa era exactamente la pregunta que nunca una persona debe formularse, porque cuando uno piensa en que nada puede salir mal, todo automáticamente comienza a funcionar como no debe, todo exactamente todo te lleva a este momento, uno que me tiene corriendo sin rumbo fijo, que no deja que respire, con mi corazón acelerado mientras mis pies chocan contra el suelo de loza blanco.
Todo te lleva a esto.
A todo.
A nada.