Lenin llevó las manos a su pecho mientras inclinaba lentamente su mirada hasta poder visualizar sus pies. Su mente se encontraba en blanco, perdida en recuerdos inverosímiles para así no dejar que pudiera apreciar la realidad. Después, se vio en un pasillo blanco sentada en una banca plateada de acero. Las personas iban y venían sin detenerse a mirarla. Su mirada estaba clavada en un punto distante frente a ella, mientras, Cayden se encontraba a su lado dejando recostar su peso sobre los codos que eran apoyados en sus rodillas. Era mejor estar así, en silencio. Para Lenin sería terrible hablar sobre aquella persona que unas horas atrás había asesinado. Cayden volteó a ver rápidamente hacia la derecha cuando sintió a alguien plantarse a su lado. Se trataba de un doctor que soste