Cuñadas

1029 Words
Serena regresó con una bandeja de cocteles para ella y las chicas, pensó que Ada adoraría tener a alguien más en su pequeño grupo de cuñadas, por mucho tiempo habían sido Mer y Addison, quienes además adoptaron a Samantha porque en cuanto conocieron a la esposa de Adrian, sintieron que encajaba con ellas, Laini y ella eran mejores amigas y Ada siempre sería su hermana por lo que tener un grupo de ellas tres era normal y Lorelai, era la cuñada comodín, a veces pasaba tiempo con ellas tres, y otras veces con las otras, igual todas siempre se llevaban pese a sus diferencias como madres, esposa, edades y trabajos, sus esposos pasaban demasiado tiempo juntos como para llevarse mal. La joven acercó la bandeja a Aurora. —¿Cómo que ya te vas? ¿Qué hicieron? —pregunta Serena. Aurora no quería llorar en frente de los hermanos de Patrick, pero si esperaba un segundo más las lágrimas se le desbordarían, y no podría detenerse, era obvio que un hombre como él no se casaría nunca por amo con ella. —No tengo ganas de gritarles, han sido horribles como anfitriones y sobre todo como humanos. Están demasiado viejos para estas mierdas. Patrick sigue a Aurora que va casi corriendo. —Puedes quedarte, de verdad, no estoy molesta. —Patrick la tira del brazo, y la acerca a su cuerpo, le da un beso en la mejilla y la acuna entre sus brazos. Ella intenta evitar soltar el llanto. Se frota el rostro y él le pasa la mano por la espalda para intentar reconfortarla. Ha sido una noche con un comentario desafortunado tras otro. Él sabía que su familia no era desagradable o maliciosa por gusto, muy protectores, Patrick reconoció para sí mismo, que su familia tenía toda la razón de estar preocupados porque la verdad, él podía ser demasiado autodestructivo. Llevó a su invitada al auto y vio a su hermano mayor acercarse con la intención de disculparse con la chica. Patrick cerró la puerta de la joven. —Patrick, de verdad lo siento. —Lo sé. —No quiero pelearnos, quiero que estés bien, que estés feliz. Si la quieres ella es bienvenida, es una bendición, pero, si te ves obligado a cualquier cosa por dinero… Pat, esta cervecería la iniciaste en el patio de tu casa, puedes volver a hacerlo y ahora tengo dinero para prestarte y empezar un negocio juntos. Todos queremos ayudarte. —Gracias—respondió. Adrian rodeó el auto y fue a disculparse con Aurora por su desafortunada elección de palabras. Ella forzó una sonrisa y le dio las gracias por intentar aclarar las cosas. El viaje de vuelta fue mucho más incómodo y silencioso que al inicio, ella iba llorando en silencio y como un hombre criado entre hombres su primer instinto era pedirle, suplicarle que no llorase. Ser papá de una niña le había enseñado, que era mucho más efectivo hacer algo amable. —¿Quieres un helado? —No, gracias, prefiero ir a mi casa. —Helado de chocolate, helado de coco, uhh, hay uno de caramelo con nueces tostadas —Ella sonrió y Patrick abrió la guantera, sacó un pañuelo, al estacionarse frente a la heladería, le limpió el rostro. —Están siendo unos gilipollas. Están acostumbrados a Mercy y a mí, a no preocuparse por lo que siento o quiero, y saben que tu papá está sobre mi cabeza. —He visto fotos de tu esposa. Es normal que se den cuenta de que algo aquí es forzado. Ella es preciosa, aparentemente le has informado al mundo que no te gusta nadie menor que tú y tu esposa era diez años mayor, tienen razón, solo podrías hacer esto por dinero. ¿Qué hizo mi padre? No es solo una fusión de empresas, ¿verdad? —Patrick se queda en silencio, meditando, porque durante los últimos días le había dado vueltas a toda su situación económica y a su situación en contra de Bradford, él viviría cómodo, tenía todas sus ganancias invertidas, varias propiedades y podría tener un trabajo administrativo en la empresa de su familia para mantenerse activo y a flote. No necesitaba casarse. Era cierto, que el vínculo emocional con aquello que había estado lleno de creatividad, de amor, de sueños y que le había dado una carrera de éxito, la empresa que dio de comer a toda su familia cuando les quitaron Luthor Enterprise, como segundo tema y la verdadera razón por la que pensaba que lo mejor era resistir, es que son veinte años de trabajo para él y sus empleados quienes quedarían sin trabajo porque su ahora suegro se lo había prometido, despedazaría la empresa y se desharía de los empleados. Casarse con Aurora no es un castigo, es una mujer dulce, muy inteligente y ella no parecía haber tenido la idea de unirse en una relación, sus últimas palabras le confirman lo que sospechaba, Bradford simplemente se levantó con ganas de jugar a cupido. —Me has visto dos veces en la vida y no me planeabas invitar a salir o casarte conmigo, Patrick. —¿Tú por qué estás haciendo esto? —No tengo otra opción, si no eres tú, mi papá va a elegir a alguien más. Patrick, mi papá no es un hombre al que le dices que no. Él siempre tiene un plan A, un B, un C y D. Si no haces lo que dice, va a buscar la forma de responsabilizarte de todo lo malo que pase a tu alrededor, los negocios de tus hermanos, las carreras de sus esposos. Son solo cinco años y puedo estar tan lejos como me quieras. Patrick sintió una punzada en el pecho, ante las palabras de la joven, y entendió que él tendría únicamente cambios que beneficiarían su vida; el crecimiento de su negocio, seguridad económica para sus empleados e hijos y una esposa en apariencia que al final le quitaba la responsabilidad de buscar a una pareja, a la cual siempre compararía con el amor de su vida. —Si a ti no te importa a mí menos, yo ya he amado y he construido una vida.
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