Su papá no le había dejado entrar cuando ya quería una reunión. Sus hermanos se rieron porque en años no habían visto Adam Luthor tan vivo. Patrick con costo saludó a sus hermanos y fue arrastrado por su papá a la oficina.
—Patrick, tenemos que hablar, ehh.
—¿Qué pasa?
—Estás quebrado, eso pasa.
—Alguien está robándome, no encuentro quién, algunas producciones están vendiendo poco, no he podido cerrar buenos tratos, y... bueno... No he tenido cabeza.
—Tengo un fondo fiduciario para los niños, uno para ti, aparte de tu herencia, acabo de inyectar capital a la empresa, tus hermanos no pueden saber nada de esto, porque no es que no me importen sus hijos, pero, son muchos nietos y tengo que dejar herencia a nueve personas. Somos ricos pero no para este volumen. En fin, tienes que asociarte con los Bradford o declararte banca rota, Patrick.
—No puedo hace ninguna de las dos cosas, puedo unirme con Luthor Enterprise.
—No. Ya hice un estudio y las dos empresas se hundirían rápidamente porque la tuya generaría un gasto demasiado grande a nuestra empresa, tendríamos que posicionar la marca, es como el café o el tequila que producimos, no lo unimos porque si fallan nos colapsan, sobre todo si no sabemos el origen de la quiebra de esta empresa. Lo siento, pero, esa fusión está fuera de la mesa. Los Bradford producen cervezas y tienen mucho tiempo en el mercado, así como empresas. El rumor es que Germán no tiene a quién heredar. Una fusión le permitirá mantenerse en el mercado, y a ti lo mismo, tus hijos podrán heredar un negocio sólido.
Los dos escuchan fuertes golpes en la puerta y Meredith ingresa a la habitación.
—Tienes que ver los hot dogs, creo que nos vamos a enfermar, y la abuela dice que si tiene que llamarlos una vez más terminaremos cavando un hueco para enterrar sus c*******s—comenta divertida, antes de ir a jalar a su papá del brazo y a su abuelo. Adam llena de besos a su nieta y. le recuerda que la ama, ella le ve confundida y le responde que ella más, luego, como a todos sus nietos, le pregunta por qué ha crecido tanto.
El trío llega al jardín trasero y Patrick observa el hot dog de Samantha, la pobre esposa de Adrian que no se acostumbra a la vida Luthor y como su hija mencionó, sus hermanos no se han limitado a pan, salchicha, y salsas. El perrito Luthoriano, nombrado por Zack, su hermano menor, es una composición de repollo,
único ingrediente saludable, hay unos Doritos con chile, no tanto, y les han puesto unas salsas especiales que llevan pepinillos, mayonesa, picante, una línea de mostaza y otra de kétchup, encima lleva carne asada y quesos y pedazos pequeños de tocino con salchicha.
—Facun, ¿te monto uno? —pegunta Serena a su esposo y Patrick le presta atención, hasta que él sonríe y se pone en pie, va a supervisar su perrito y la pareja coquetea como de costumbre. —¿Pat, quieres que te monte uno?
—No, gracias, estoy supervisando el de Samy.
—¿Todavía no te acostumbras a los excesos?
—No puedo creer que él haya participado en preparar el pan, le digo los domingos que haga pan para la familia y se queja—las dos mujeres ríen.
—¿Qué tal tus vacaciones Patrick? Te hemos extrañado.
—Relajantes, demasiado.
Luthor se une a la mesa y le da un hot dog a su hijo, mientras sus cuñadas se quejan de las últimas vacaciones que han tenido. Adam le da un beso en la frente a su hijo y Zack les da un golpecito a ambos para que se separen.
—No me gusta que le trates como si fuese tu favorito
—Patrick es el favorito, por mucho—Aclaran Serena y Drake al unísono.
—Acostúmbrense, la tengo más grande, más gorda y papá me ama más —Los hermanos le tiran restos de comida y todos ríen. Jane se acerca y les recuerda el primer valor de la familia.
—¡No mentir! —responden todos al unísono y se ríen de Patrick.
Al día siguiente, Patrick está sentado en la oficina junto a su padre y un par de asesores. Le encantaría decir que no tiene mente, pero, eso son los negocios que mantienen a sus hijos. Como testarudo hombre que es, intenta salvar la compañía que tanto amor y esfuerzo apuesto, pero no encuentra salida.
—Señor Luthor—le interrumpe su secretaria. —La señora Daniela, quiere hablarle, dice que es urgente.
Adam y su hijo comparten una mirada. El mayor le dice que va por café y sale con discreción de la oficina. Patrick toma la llamada de la mujer que le saluda de inmediato con cierto cariño en la voz.
—¿Cómo has estado?
—Bien, adaptándome.
—¿La niña?
—Meredith, está calmada.
—Quería invitarte a salir, y conversar, una charla entre amigos.
—Nunca quieres ser mi amiga —responde y los dos ríen.
Su relación había acabado hace veinticuatro años con la exactitud del momento en el que dejó a su esposa embarazada y terminó su relación con Daniela, la verdad no habían vuelto a ser amantes, pero amigos no les definía tampoco, Patrick siente un gran cariño y respeto por Daniela y ella, se puede decir que sigue guardando la esperanza de que Patrick finalmente le elija, sobre todo ahora que su matrimonio ha fracasado y él está disponible.
—No quiero sexo, ocupo un caballero de compañía. Eres mi único amigo, ¿puedes por favor venir conmigo a una actividad de trabajo?
—Soy papá soltero ahora.
—De una adolescente. Soy una mujer divorciada en un mundo de hombres. Es solo ir, les diré a todos que eres el cabrón que me rompió el corazón, por el cual, tuve que elegir a mi exmarido, quien me ha dejado por una más joven y me pelea cada propiedad que no hemos comprado juntos, para no firmar el divorcio del todo y tener poder sobre mí.
—Entonces eres una mujer casada. Daniela, dale lo que quiere y sigue con tu vida. En fiiin, mándame los datos, voy solo media hora, no seas manipuladora.
—Bien, te invito a comer después.
Su papá regresa unos minutos más tarde con una taza de café para cada uno, se queda en silencio mientras Patrick bebe y finalmente suelta.
—Sabes, elegir una madrastra. Puede tomar su tiempo. —Gracias, papá, no estoy en busca de candidatas.
—Bueno, en mi casa las madrastras eran para mí, pero, creo que a Mermer, le caerá bien una figura femenina.
—¿Entonces madrastra o no madrastra? —pregunta Patrick burlista.
—En unos meses, déjales un espacio.
—Ya, como tú casándote cada quince meses.
—Es un consejo, la decisión final la tienes tú. No quiero pelear.
Se escuchan golpes en la puerta, los dos hombres miran a los socios de Patrick irrumpir en su oficina. El hombre se queda en silencio esperando a que hablen mientras su secretaria se disculpa.
—Sal, María, por favor. —Le pide en tono calmado y sus socios les saludan. Adam y Patrick preguntan a qué se debe la abrupta entrada y ellos preguntan si pueden reunirse.
—No, ya me han informado, han vendido sus acciones, en lugar de vendérnoslas…
—No podías pagar lo que Bradford.
—Yo he podido pagar lo de él.
—Adam, ni vas a quebrar tu empresa de más de cincuenta años por el hobby de tu hijo.
—Ya no pertenecen a la empresa, se pueden marchar.
Cuando el par de víboras abandonan la habitación, su padre le da un beso en la frente y le dice:
—Necesitas negociar con Bradford, urgentemente.
—Lo sé, lo he perdido todo. La empresa, mi esposa. —Se encoge de hombros.
La puerta de su oficina se abren, y Patrick ve a sus hijos entrar como siu fuese la sala de la casa.
—Señor, perdón.
—¿María necesito poner un guarda de seguridad en la puerta o esto es un parque de diversiones gratuito?
—Los muchachos pasaron así como así.
—Ay... María, te queremos, pero, siento que te van a despedir —Dice Parker y su abuelo se ríe antes de quitarle el pastel de las manos y despedirse de la mujer. Percy, le avisa que ha dejado algo en su escritorio para que se endulce.
Los hermanos Luthor cierran la puerta y le hacen una seña a su papá, antes de anunciar al unísono:
—Tenemos que hablar.