—Buenos días George— dice Mary con una gran sonrisa, al día siguiente.
—Feliz día Mary— dice George mirando fijamente a Mary— no me digas nada; tu rostro me lo dice todo, ¿dónde tienes secuestrado a Henry?—
—Lo tengo esposado en mi cama; llevo más de veinticuatro horas torturándolo— dice Mary con un brillo de felicidad en los ojos.
— ¡Por fin mujer!— dice George levantando las manos más arriba de la cabeza— déjame darte un abrazo; ese hombre se estaba muriendo de tanto suspirar, estoy muy feliz por ti amiga—.
—Lo recompensare grandemente por todos esos suspiros; para comenzar le entregue las llaves de este tesoro para que disponga de. el como quiera— dijo Mary señalando su cuerpo de arriba abajo.
—Esa noche en tu casa, cuando te vi quitándote una lagrima de un manotazo, supe que Henry
