Hoy Robert cumple quince años, es una buena oportunidad para usar los aretes que Demián me regaló. Afuera los sirvientes desfilan con los arreglos, Carolina llegó en la mañana y ha sido una completa perra desde entonces, envió a los sirvientes a limpiar las superficies limpias, lavar las cortinas ya lavadas porque según ella todo apesta y muy probablemente la que está podrida es su nariz. Volví a mis vestidos de tres colores y dejé mi cabello lacio con una diadema sobre el lado derecho de mi frente, afuera mi madre da las últimas órdenes y se para junto al barandal para mirar el salón – ¿escoltarás a Robert? – Tu hermana quiere hacerlo, ha estado muy interesada estos días. Carolina y yo fuimos escoltadas por papá, es justo que sea mi madre quien escolte a Robert en su cumpleaños, pero